Con el inicio del mes de diciembre el FC Cartagena arranca un periodo que, si bien acabará pronto por el periodo vacacional que se tomarán los jugadores a partir del día 20 de diciembre, tiene varios puntos calientes que lo hacen quizá el más atractivo de los que hasta ahora se han disputado. De momento, las dos próximas semanas están llenas de emociones, por lo que el club se juega y contra quién se lo juega.

La victoria a domicilio del pasado sábado ante el Villanovense ha alimentado la esperanza de un equipo que andaba taciturno, con una trayectoria lejos de casa desastrosa y que no tenía visos de encontrar solución. El triunfo ha servido de estímulo para los futbolistas y también para la afición, que ve en los dos triunfos consecutivos un motivo para mantener la esperanza en una temporada que llevaba camino de ser tan aciaga como la anterior.

Ahora los pupilos de Víctor Fernández afrontan un doble reto conlos compromisos ante La Hoya Lorca y Real Murcia a cuál más complicado de solventar.

Para empezar, los albinegros deben medir sus fuerzas a un rival que se ha convertido en su bestia negra en las dos últimas campañas. Con tan sólo dos temporadas en Segunda división B, la Hoya Lorca ha dejado su huella en la categoría. Al FC Cartagena le ha hecho un descosido cada vez que lo ha tenido enfrente. En la primera temporada en la que debutaba, la 2013/2014, los de José Miguel Campos -en aquel entonces entrenador albiazul-, ganaron por 1-2 al FC Cartagena en casa en la tercera jornada y por un significativo 3-0 en la segunda vuelta, que puso las cosas en su sitio, en lo que a juego y clasificación se refiere.

El año pasado los dos equipos lo pasaron mal, más los albinegros en el último tramo. La Hoya Lorca ganó en el Artés Carrasco en la cuarta jornada por 2-0 y derrotó a los cartageneristas en la vigésimo tercera por 0-1, lo que decanta de manera ostensible la balanza para el equipo de Lorca.

Tras el partido de este domingo, el FC Cartagena afronta el que es el choque más interesante e intenso de la temporada. Los aficionados lo tienen marcado en rojo en sus calendarios, porque no es para menos. Enfrentarse al Real Murcia un rival con el que mantiene una competencia histórica que supera lo meramente deportivo, es uno de los momentos del año. Los albinegros deberán visitar la cancha del actual líder, que llega en su mejor momento de forma. Ambos no se ven las caras en competición oficial desde el 2012, cuando el club albiengro militó en su última temporada en Segunda División. De eso hace ya más de tres años, por lo que las ganas de uno y otros son máximas.