La victoria del Real Murcia el domingo ante el UCAM en un duelo regional que hacía regresar de nuevo al conjunto grana a la que ha sido su casa durante 82 años no sirvió solo para que los jugadores que dirige José Manuel Aira recuperaran el liderato del Grupo IV de Segunda B, ni mucho menos. Es más, se podría decir que después de la última victoria en el viejo campo de la Puerta de Orihuela ante los universitarios, el conjunto grana se ha disparado en lo que a su ambición se refiere. De hecho, con nueve victorias en las últimas once jornadas, los granas son el equipo más en forma entre sus rivales y por si fuera poco, los dos goles anotados en La Condomina también sitúan al equipo murcianista como el máximo goleador de la categoría con 22 tantos en su cuenta particular.

Algunos sectores concretos se apresuraron después de no conseguir la victoria en las tres primeras jornadas del campeonato en comparar al equipo actual con el último que firmó un inicio tan malo y que terminó dando con los huesos en Tercera División hace casi dos décadas. No obstante, el equipo de José Manuel Aira no tiene la permanencia asegurada por motivos evidentes, pero parece difícil que se tuerza un trabajo que, después de algunos altibajos, ha comenzado a dar sus frutos. Y si la defensa que viene probando el entrenador del Murcia parecía ser un poco el talón de Aquiles del equipo, el único tanto encajado en las últimas cuatro jornadas, unido a que el guardameta Fernando ha comenzado a ser más protagonista y a mostrar más seguridad en la portería, son motivos que han revalorizado las acciones de un equipo al que ahora se le presenta otro reto complicado y del que ya hablaba su entrenador nada más terminar el choque ante el UCAM: «No nos servirá de nada ganar el duelo regional y ponernos primeros si el domingo no hacemos nuestro trabajo y le ganamos al Jaén en Nueva Condomina».

En el mérito de no encajar goles aparecen como actores principales una terna de centrales que Aira mueve cada semana dependiendo del tipo de rivales y que está funcionando, en este tramo de la competición, casi como un reloj suizo. El hombre que toma las decisiones en el banquillo del Murcia no se ha 'casado' con ningún central y tanto Sobregrau, como Tomás Ruso y Eneko Satrústegui se van turnando dependiendo de lo que ordene su jefe. Así, la última decisión de Aira al apostar por Tomás Ruso le está saliendo bien, porque el Murcia ha recuperado un poderío aéreo en defensa que termina por desquiciar a los equipos rivales que solo plantean como recurso los centros al área en busca de rechaces y segundas jugadas, dependiendo de cómo esté el partido.

Y si algún rival del Grupo IV de Segunda B no se ha enfrentado a los granas ni ha podido ver muchas imágenes sobre ellos, solo el 'caché' de haberse llevado los tres puntos de casa de un Cádiz más poderoso en el apartado económico y el triunfo del domingo ante un UCAM que llegaba como líder indiscutible hacen que José Manuel Aira haya aprobado con una nota muy alta la asignatura pendiente desde el pasado curso la de superar los exámenes más complicados. El calvario que suponía enfrentarse al Oviedo hace un año parece que no va a tener ningún episodio similar a lo largo del presente campeonato.

Y por si fuera poco, el conjunto grana se ha respuesto con mucho oficio a una baja tan importante como fue la de Gorka Azkorra, quien ostentaba el título de máximo goleador hasta que se lesionó en Sevilla. Ya está recuperado, aunque no jugó el domingo, pero aquí la aportación de los hombres de ataque y los goles de Chavero y Carlos Álvarez han hecho que el equipo no se haya resentido lo más mínimo, incluso con lesiones de jugadores muy importantes en la plantilla.