El UCAM Murcia dio otro paso atrás en sus expectativas de meterse en la zona noble de la clasificación en una nueva exhibición de inconsistencia como visitante que sirvió para perder en casa, esta vez sí, de un equipo que pelea por la zona media-baja como el ICL Manresa.

Por números, Campazzo, Kelati y Radovic fueron los mejores de Murcia, pero sólo los dos últimos parecieron dar un salto cualitativo a su juego respecto a otros encuentros. El base argentino fue, como otras veces, un arma de doble filo para Katsikaris. Campazzo mostró sus credenciales en ataque y de nuevo fue el mejor numéricamente, pero no consiguió hacer jugar al equipo (tampoco Cabezas) tanto como necesitaría para subir sus prestaciones de manera global.

Es por eso que el problema del UCAM radica en la capacidad de sus directores de hacer funcionar la máquina. Cuando Campazzo y Cabezas han producido en todos los ámbitos, el resto del equipo se contagia y todo fluye. Si no, llegan las dolorosas derrotas, incluyendo a varios jugadores desactivados por completo. En esta ocasión fueron Antelo, en lo que puede ser un mal día, junto a Benite y Lishchuk, siendo estos dos últimos ya sospechosos habituales necesitados de demostrar que pueden aportar a este equipo como primeras espadas tras un horrible inicio de temporada.

El conjunto de Katsikaris comenzó lo suficientemente concentrado el partido, con un 2-8 que dejaba a las claras que quería cambiar la dinámica de inicio del anterior partido. Campazzo, Radovic y Kelati encabezaban la ofensiva murciana, mientras que Jermaine Thomas mantenía a su equipo a flote e incluso conseguía con sus puntos y asistencias acercar a los suyos en el marcador (12-13).

El juego interior murciano tenía problemas para frenar a Musli, que se unía a Thomas pra mantener el intercambio de golpes con Kelati hasta el punto de que entre los dos pusieron por delante en el marcador a los locales (16-15), teniendo en cuenta también que la defensa manresana era mucho mejor que la murciana. Hasta el final ambos equipos intercambiaron golpes, pero el ICL Manresa consiguió acabar el primer acto con su máxima ventaja tras un oportuno triple de Grigonis (21-17).

El segundo cuarto no fue mucho mejor para un UCAM que no llegaba ante la buena defensa del Manresa, que además se mostraba muy acertado en el tiro con Chase y Hernández como cabecillas y conseguía alejarse en el marcador (31-20) y obligaba a un Katsikaris muy enfandado a pedir un tiempo muerto.

Tras al pausa no consiguió el conjunto murciano recuperar las buenas sensaciones del inicio, mientras que veía que el rival mantenía con relativa facilidad una ventaja superior a los 10 puntos. Tenía que meter una marcha más el UCAM para cambiar la dinámica y lo hizo por medio de Campazzo, quien recuperó protagonismo, acaparó juego y dio dinamismo a su equipo.

En un abrir y cerrar de ojos el UCAM equilibró el partido de nuevo (33-32), pero entonces llegó la reacción del Manresa, que reaccionó de nuevo con Grigonis y Álex Hernández y tomó de nuevo la iniciativa e hizo saltar las alarmas al llegar al descanso del partido con una diferencia significativa a favor de un equipo en teoría menor (41-34).

La defensa del UCAM Murcia mejoró en el inicio del tercer cuarto y permitió recuperar terreno, aunque de manera bastante tímida, en un intento de llegar al final del partido con las opciones intactas. El tiempo pasaba y al conjunto de Katsikaris le seguía faltando chispa y contundencia para tomar por completo la iniciativa del choque (43-38).

Los arreones murcianos (normalmente de Kelati), llegaban a cuentagotas, por lo que el murciano Álex Hernández aprovechó para resultar el factor decisivo de la fase final del tercer cuarto con siete puntos consecutivos (54-46) que le convirtieron en el máximo anotador del partido hasta ese momento.

Los dos últimos minutos del tercer cuarto iban a resultar decisivos a la hora de encarar el último cuarto. Por suerte Kelati se negaba a abandonar su racha, Rojas se sumaba con tres tiros libres que ponían el partido en un brete y Radovic ponía por delante a Murcia por primera vez desde el primer cuarto con un dos más uno (54-55). En el tiempo que quedaba los dos equipos se dedicaron a intercambiar exiguos lideratos, pero fue el UCAM el que se llevó el gato al agua y afontó el último cuarto con un punto de ventaja (56-57).

El último cuarto comenzó con la impresión de que el partido se iba a mantener extremadamente igualado hasta el final, ya cada acción productiva protagonizada por Wood o un gran Campazzo (el mejor del partido con diferencia), Manresa contestaba superando la defensa murciana, por lo que el marcador reflejaba un empate (65-65) a mediados del parcial.

Pero en el tramo final el encuentro se complicó sobremanera gracias a la dudosa toma de decisiones de los visitantes y el acierto desde el tiro libre de un Manresa que iba a la línea con cada falta del UCAM Murcia. De este modo, a falta de poco más de un minuto (73-69), los murcianos aún contaban con opciones, pero tanto Campazzo como Lima fallaron los tiros decisivos y vieron como se escapaban el resto de opciones de ganar el partido (77-69).