Aunque los entrenadores de los clubes prefieran no centrarse en partidos 'especiales' antes de tiempo, a pesar de la importancia que puedan conllevar, el duelo regional entre UCAM y Real Murcia se aproxima al momento cumbre: el pitido inicial. Pero para el técnico del UCAM únicamente cobra matices más gustosos en determinados aspectos concretos del mundo futbolístico: la expectación generada en la ciudad, el tratamiento de los medios ante el partido, la situación en la que ambos conjuntos llegan al choque?

Sin embargo, José María Salmerón, dejando las redundancias a un lado, fue conciso en la mañana de ayer en su rueda de prensa previa al derbi capitalino: «Son solo tres puntos más, aun queda muchísimo campeonato por delante, así que la vida seguirá después igualmente. Para nada será definitivo».

No obstante el preparador almeriense, más allá de focos mediáticos, es consciente de la importancia de cuajar un buen resultado en un duelo inédito hasta la fecha: «El derbi debe ser una fiesta para la ciudad, a cualquiera le gusta participar en este tipo de partidos, ni siquiera debo motivar a mis jugadores», confesaba Salmerón. Ante las cuestiones meramente futbolísticas, el técnico del UCAM adelanta que «el que gane saldrá reforzado a corto plazo, tenemos una ligera ventaja por jugar en casa pero existe una gran igualdad entre los dos equipos». La escuadra universitaria cuenta con las bajas seguras de Fran Pérez y Jesús Rubio por sanción, ambos fundamentales en los planes de Salmerón.

No obstante, recupera al capitán, el central Ángel Robles, después de varias convocatorias apartado por diversas dolencias, aunque únicamente ha realizado tres entrenamientos con el equipo esta semana: «Las bajas no me preocupan, confío en mi plantilla», zanjaba Salmerón pensando únicamente en el choque de mañana.