Fotis Katsikaris no se muerde la lengua. En solo seis jornadas de la Liga ACB lo ha dejado claro: no pasa ni una a su vestuario. Ni siquiera en las victorias ha dejado de lanzar 'dardos' a sus jugadores. Pero la imagen que ofreció su equipo en la pista del Laboral Kutxa, donde perdió por 90-67, desencadenó el lado más crítico del griego.

Katsikaris es un entrenador que va de cara. A lo largo de su trayectoria no ha sido amigo de tapar los errores. Y en Murcia sigue fiel a su estilo. Si ve algo que no le gusta, lo expone públicamente. Huye de la autocomplacencia. Ni siquiera en las victorias se relaja. Y en este inicio de temporada con el UCAM lo ha demostrado. El griego ya lanzó el primer aviso a sus jugadores tras la derrota en la segunda jornada en la pista del CAI Zaragoza. Allí tiró de ironía: «Los parqués son iguales. No son como el césped, que puede estar más alto, más bajo, más rápido...», dijo en clara alusión a la actitud mostrada por sus jugadores. «No me ha gustado cómo hemos empezado el partido: con dudas, sin energía... En la previa comenté que teníamos que defender con energía y con carácter cada balón, cada posesión, y desafortunadamente no lo hemos hecho, solo en algunos momentos del partido», puntualizó.

Sus declaraciones han ido subiendo de tono conforme han avanzado las jornadas. Después de caer frente al Barcelona, no puso excusas en la superioridad del rival, al que durante 35 minutos tuvo contra las cuerdas el UCAM: «No hemos defendido el bloqueo directo y ha sido muy fácil para ellos», dijo, para después personalizar en Scott Wood: «Espero más esfuerzo por parte de Wood en defensa. Se lo he dicho a él y lo digo públicamente porque no es ningún secreto». Sobre esto hizo hincapié el griego en una entrevista concedida la semana pasada a este diario: «El problema en estas cosas es que tienes que convencer al jugador. La clave es que un jugador como Wood se convenza de que tiene capacidad para hacerlo», expresó.

Pero la versión más dura de Katsikaris salió a relucir tras el choque en la pista del Laboral Kutxa el pasado domingo. El preparador dejó varias perlas: «Ha sido una vergüenza», dijo, para después apuntar que «esta actitud no me gusta nada. Fuera de Murcia somos un equipo totalmente distinto y con una actitud lamentable. Tenemos que cambiar cosas», aseguró. Katsikaris fue más allá: «Me siento muy tonto, de verdad.

Tenemos una semana entera para trabajar y hacer todo lo que hay que hacer para vencer a un rival que viene de un viaje de Euroliga, que no ha podido entrenar, y te pasa por encima», dijo en un tono muy crítico con sus jugadores. «Esto lo tenemos que cambiar. Estamos en la sexta jornada, es el tercer partido que jugamos fuera y hemos repetido la actitud de Zaragoza, donde perdimos por 20 puntos. Ha sido una vergüenza y esto tiene que cambiar», reiteró, para después volver a tirar de ironía al decir que «mi castellano o mi inglés tienen que estar fatal, por lo que habrá que encontrar un idioma en el que nos entendamos todos», dijo. «Es un tema de actitud y nada más», repitió.

Campazzo hace autocrítica

Los jugadores que continúan en el UCAM Murcia de la temporada pasada no estaban acostumbrados a este tipo de discursos. El estilo de Diego Ocampo era totalmente diferente. Difícilmente el orensano, que ahora dirige al Estudiantes, lanzaba dardos contras sus pupilos. Pero el vestuario ya ha comprobado que la situación ha cambiado radicalmente. Algunos jugadores ya han reaccionado públicamente. «Hay que cambiar la actitud. Hoy ni vinimos a Vitoria, estos no somos nosotros», dijo en su cuenta de Twitter el base Facundo Campazzo, mientras que el capitán, José Ángel Antelo fue más tibio pero no se escondió al decir que «mal partido, toca levantarse, agachar el club, defender y jugar con soltura en ataque».

La semana, por tanto, se presenta caliente en el UCAM, que el próximo domingo visita una pista, Manresa, donde tiene la obligación de cambiar totalmente la actitud.