Recibir nueve goles en las seis primeras jornadas no cayó nada bien al entrenador del FC Cartagena, que consideraba excesiva la sangría que estaba sufriendo el equipo y además achacaba a errores puntuales, fallos individuales y despistes infantiles este elevado número de tantos encajados, que habían provocado hasta entonces tres derrotas, dos empates y una sola victoria.

Víctor Fernández insistía que no iba a variar su modelo de juego sobre el césped, pero sí que hizo especial hincapié en evitar que los tantos encajados se sucedieran con la facilidad que había acontecido hasta el momento. Así que se puso manos a la obra y aunque apenas varió las piezas en su esquema, sí que evitó, a base de repetir y repetir, que el balón circulara con demasiada valentía por las inmediaciones de la portería defendida por Limones. Los jugadores tienen órdenes de pasar la pelota cuanto antes al referente en medio campo, Quique Rivero, de ahí que en muchas ocasiones el cántabro retrase tanto su posición para recibir el esférico casi de las manos del portero albinegro.

Hace unos días Juanlu Hens reconocía que esa obsesión por evitar encajar había provocado que la parcela creativa no estuviera tan imaginativa como se le espera de ella.

Lo cierto es que los jugadores se aplicaron el cuento y los resultados demuestran que Víctor Fernández ha conseguido cerrar el grifo en su portería. En las cinco últimas jornadas el bloque albinegro ha encajado dos goles, que además no han supuesto perder los encuentros. En estas últimas cinco jornadas el FC Cartagena ha sumado siete puntos, lo que viene a demostrar que la intensidad defensiva es un arma demasiado poderosa en esta categoría como para ser menospreciada.

Pero todo tiene su lado negativo y es que el miedo a perder ha provocado que el FC Cartagena no sea capaz de ver portería.

Si son dos los goles que ha recibido Limones en cinco jornadas, debemos decir que los delanteros albinegros, por contra, no están muy duchos cuando les toca a ellos hacer su trabajo. Un gol de Menudo en la victoria ante el Real Jaén y dos de Fede Laens en los empates ante Recreativo de Huelva y Algeciras es todo lo que se extrae del último mes de competición.

¿Se ha vuelto el Cartagena un equipo temeroso? En los encuentros frente al Recreativo de Huelva y frente al Betis B así lo demostró, algo que también pudimos observar en el empate sin goles en casa contra el Granada B. Aquella facilidad demostrada en las primeras jornadas para crear oportunidades había desaparecido así, como por arte de magia, movida, en parte, por tratar de cumplir la directriz que dice que tu portería hay que dejarla a cero y al menos llevas ganado un punto.

Contra el Algeciras sí se vio una actitud diferente, con más posesión y más llegada, aunque es cierto que el equipo volvía a mostrar poca capacidad para embocar el balón entre los tres palos.

Todos saben que sin goles no hay triunfos y que de los empates no se puede vivir eternamente.