­Armando probaba hace un mes la medicina de José Manuel Aira. Con el técnico leonés no valen los despistes ni las confianzas. El que se relaja en su puesto lo acaba pagando. Y eso le ocurrió el pasado 10 de octubre al centrocampista murciano, que se quedaba fuera de la convocatoria para viajar a Cádiz. De un plumazo, en apenas una semana, pasaba de ser titular indiscutible (había completado los 90 minutos en los 7 encuentros jugados hasta ese momento) a quedarse fuera de los dieciséis elegidos para afrontar hasta el momento el choque más importante del curso. La decisión del preparador murcianista, reforzada por la aportación de un Sergi Guilló que no ha desentonado en el centro del campo del Real Murcia, no fue un aviso. Cuatro jornadas después, Armando continúa fuera y el futbolista ilicitano afianzado cada partido en el once.

Ayer, en rueda de prensa, el jugador murciano se mostraba crítico consigo mismo, refiriéndose a los puntos que debe mejorar y a las situaciones que tiene que superar para volver a ganarse la confianza de José Manuel Aira. «En esta ocasión, el míster no me ha dicho nada en concreto, pero, por conversaciones anteriores, sé los dos o tres detalles que tengo que mejorar», decía Armando, que incluso los recitaba prácticamente de memoria: «Tengo que tener más tranquilidad a la hora de tener el balón y también más personalidad». «Esos son los puntos que el entrenador me ha trasladado otras veces, porque en esta ocasión no me ha hecho ningún comentario, solo me ha dejado fuera por decisión técnica».

Pero sin necesidad de hablar con Aira, el centrocampista de la Región, que ya conoce perfectamente a su técnico después de compartir el vestuario durante toda la pasada campaña, en la que fue uno de los jugadores que más minutos disfrutó, sabe perfectamente que ahora le toca «mejorar, trabajar y seguir creciendo» para estar de nuevo entre los elegidos. «Tenemos una plantilla muy competitiva y es muy complicado conseguir un puesto en el once, por eso ahora tengo que seguir trabajando para volver a tener mi oportunidad», señalaba.

Con los objetivos claros, el futbolista afirma que la suplencia no le ha pasado factura moralmente. «Estoy bien en confianza», comentaba ayer, para señalar que las temporadas son largas y « todos los futbolistas pasamos por muchas etapas. Lo que estoy viviendo ahora me tiene que reforzar para madurar la cabeza y para cuando salte al campo demostrar el trabajo que estoy realizando en el día a día». Una de esas primeras oportunidades la tenía el domingo. El futbolista, que veía el partido ante el Almería B desde el banquillo, fue el elegido por Aira en el minuto 85 para saltar al terreno de juego y ayudar a contener a un equipo rojiblanco que apuraba los últimos minutos para intentar empatar un choque que finalmente acabó con 1-0 para los granas.

Las principales críticas que recibió Armando en las primeras jornadas ligueras hablaban sobre todo de su incapacidad para imponerse en el terreno de juego. Y es que el murciano, que la pasada campaña tenía como pareja de baile al veterano y experimentado José Luis Acciari, le ha costado asumir el rol dejado por el argentino tras su retirada. Esas nuevas funciones unidas a la facilidad con la que los murcianistas recibían goles y los fallos defensivos hicieron que su aportación fuera puesta en entredicho durante varias semanas. De su tarea también hablaba ayer. El murciano, que ve como su juego actual se compara constantemente con su etapa en La Hoya Lorca, dejaba claro que en el club lorquino «el míster me pedía otra cosa. Aquí es distinto. Juego más retrasado y me dedico más a robar balones y a entregarlos que a crear juego», añadiendo que «es lo que me pide el entrenador -en referencia a José Manuel Aira- y como él es mi jefe pues yo tengo que hacer lo que me pida».