El Real Murcia se ha ejercitado esta noche en una sesión diferente. Con motivo del 40 aniversario del estadio Sánchez Cánovas de Molina de Segura, los granas disputaban un amistoso ante el equipo local, partido que sirvió a José Manuel Aira para hacer algunas pruebas y a jugadores como Arturo y Sergio García, suplentes en las últimas jornadas, para reivindicarse y mandar un mensaje a su entrenador. Ante un equipo de Preferente, los murcianistas salieron fuertes, sobre todo en posiciones de ataque. Los chispazos de Arturo y Sergio García animaban un encuentro en el que Hostench, que no ha disputado ni un minuto en Liga, y Rafa de Vicente, otro de los que no entra en los planes de Aira, también tenían minutos. El primero en demostrar que quería dejarse ver fue Sergio García, autor del primer tanto de la noche. El cántabro además estuvo muy activo por la banda. Protagonismo que solo le quitó Arturo. El canterano, que esta campaña no está contando con oportunidades, fue el que más gustó a la grada del Sánchez Cánovas. En el minuto 25, después de que Galo hubiese empatado el gol inicial de Sergio García, ejecutó a las mil maravillas una falta que se coló por la escuadra de la meta molinense. Ya en el segundo tiempo, el de Abarán tiraría de rapidez para marcharse de tres jugadores y poner el 1-3 en el marcador.

Otro de los titulares, pero que no aprovechó su oportunidad fue Isi. Al ciezano le faltó rapidez y no fue capaz de crear superioridades. Algo que también pudo estar relacionado con sus constantes cambios de posición, y es que Aira incluso le probó como delantero centro.

Conforme pasaban los minutos, el técnico iba haciendo cambios para dar minutos a todos los jugadores. Destacaron de esos instantes finales a Carlos Álvarez. El delantero, además de revolucionar el ataque cuando saltó al terreno de juego, también estuvo acertado, consiguiendo los dos últimos tantos de un partido en el que antes del inicio se entregó una placa a las hijas de Joaquín Sánchez Rex, industrial molinense que construiría el estadio Sánchez Cánovas hace 40 años y que posteriormente lo cedería al Ayuntamiento.