­El segundo empate consecutivo logrado por el FC Cartagena este pasado fin de semana no ha hecho otra cosa que regar con decepción los ánimos de los aficionados y las esperanzas de los dirigentes. Y es que todos consideraban que la mala situación deportiva se podría empezar a revertir con las dos salidas protagonizadas por los pupilos de Víctor Fernández. Sin embargo, la sensación que ha ofrecido este equipo es que la plantilla no acaba de convencer a nadie, ni a propios ni a extraños, a pesar que desde todos los ámbitos que rodean a la entidad -dirigentes, seguidores y medios de comunicación- exista la sensación de que este conjunto de futbolistas contratados esta temporada por el propietario Paco Belmonte tiene mucha capacidad de mejora y es capaz de hacer mucho más de lo que ha demostrado hasta el momento.

El dueño afirma que la plantilla sabe perfectamente lo que ellos piensan respecto de lo que está sucediendo esta temporada y que no hace falta formar un gabinete de crisis con reuniones o encuentros para analizar la situación o dar tirones de orejas porque ya se lo han dicho a ellos cuando ha surgido. «Está claro que esperamos más, pero la preocupación pasa por corregir errores y no hay dudas sobre el trabajo que viene desarrollando el entrenador», asegura Belmonte, quien delega gran parte de la responsabilidad de lo que viene sucediendo en los jugadores, bueno, no en todos. Y es que para el propietario del club hay futbolistas en esta plantilla que deben ser pesos pesados y que no lo parecen «hay gente que aún no está a su nivel y debe darlo», añade. En las redes sociales y tras acabar el encuentro frente al Betis B, colista de la clasificación en este grupo cuarto de Segunda B, el propio empresario murciano escribía la palabra ‘decepción’ en Twitter, algo sintomático de lo que se le pasa por la cabeza.

La preocupación del técnico

Son muchas las esperanzas puestas en este equipo y aunque no se dice con la boca llena, porque este año pecan de prudencia, lo cierto es que los que mandan en el FC Cartagena esperaban que el equipo estuviera luchando, transcurridas ya once jornadas ligueras, entre los puestos altos de la tabla clasificatoria, algo que no ha sucedido en ningún momento en estos dos meses y pico de competición oficial.

Víctor, por su parte, viajó a Cartagena desde Sevilla con una nube negra rondando en su cabeza, ya que no entendía cómo lo suyos, sabiendo lo que se juegan cada semana, no habían sido capaces de superar no solo en juego sino en actitud y ganas al oponente, un equipo que es el farolillo rojo y que atraviesa el peor momento de la temporada.

Lo que sí parece claro es que el entrenador extremeño necesita dar un vuelco a la situación anímica de sus jugadores y todo pasa, como bien dice el dueño, por ganar. Si es cierto que el equipo está dando la cara en el Cartagonova, una victoria en la que se logre convencer de que hay mejora, supone no engordar aún más la sombra de la duda y la desilusión de todos de que este año está perdido ya, cuando tan sólo ha pasado un tercio de competición.

Ante el Granada B el próximo domingo a partir de las cinco de la tarde, la afición esperará atenta a ver qué es lo que es capaz de ofrecerles esta plantilla. Los tiempos empiezan a jugar en contra de los futbolistas, que deben reivindicar su juego, tal y como exponía también en Twitter Sergio Jiménez, quien insistió en lo siguiente: ‘El que quiera que confíe y el que no no, pero una cosa os digo, vamos a luchar hasta el final para estar donde el cartagena merece estar’.