Berni Rodríguez (Málaga, 7 de junio de 1980) será una de las amenazas del UCAM en el partido de Sevilla. Dos temporadas después de abandonar Murcia, guarda un grato recuerdo de su paso por la ciudad.

El Baloncesto Sevilla vivió durante todo el verano en el alambre. ¿Dudó de que saliera en competición?

Fueron momentos de incertidumbre, incluso la situación etuvo muy fea y complicada, pero muchas personas se movieron en la dirección correcta a nivel institucional, y al final todo ha salido bien. En estos momentos aquí solo se habla de deporte, que es de lo que se necesita hablar.

¿Están pagando ese verano convulso ahora mismo?

No lo creo. El club llegó un poquito tarde para solucionar los problemas, pero el equipo estaba hecho; tuvimos una pretemporada normal y no ha sido un problema.

Llegamos a la cuarta jornada y Sevilla y UCAM aún no conocen la victoria. ¿Es ya una final?

Decir eso sí que es un poco dramático. Estamos en la cuarta jornada y no hay duda de que es muy partido muy importante para los dos equipos porque ninguno de los dos hemos conseguido una victoria. Cada uno tiene sus aspiraciones y sus cuentas en la cabeza y hay que sumar victorias, pero no ha pasado ni un mes de competición. No hay que volverse locos ni ponerse más presión de la que ya de por sí tiene un partido. No quito el adjetivo importantísimo al encuentro, pero no es decisivo ni una final.

¿Al UCAM, por las exigencias que se ha impuesto, le puede pesar más la ansiedad?

El UCAM es un club que ha crecido mucho y de manera muy progresiva, muy correctamente y ahora quieren dar un paso más. Ellos se han colocado una presión fantástica, que es ser más ambiciosos, pero no tiene que afectar más de lo debido. Querer aspirar a más no debe afectar a un deportista porque estamos preparados para ello.

¿Por qué se rompió el amor entre usted y el UCAM?

Yo sigo muy enamorado de Murcia. Fueron circunstancias del deporte. Hubo un cambio de entrenador, se tomaron unas decisiones en el club y yo busqué mis opciones. Pero tengo un recuerdo muy bueno de Murcia porque allí me trataron fantásticamente.

Pero a mitad de temporada se le llegó a ofrecer la renovación.

Es cierto, estuvimos hablando de ese tema, pero no se concretó nada y al final de temporada se decidieron otras cosas.

¿Por qué se torció tanto su última temporada aquí? Se llegó a decir que los jugadores quisieron echar a Óscar Quintana.

Es complicado saber qué pasó. Nos metimos en una dinámica negativa y en una vorágine que fuimos incapaces de frenar. Se tomó la decisión desde el club de cambiar de entrenador. Y en cuanto a la otra parte, la he repetido muchas veces, pero es una estupidez, nadie quiso echar a ningún entrenador. Yo nunca he vivido una situación así, me parece surrealista. Nunca en mi carrera he jugado tantos minutos ni he tenido tan buenas valoraciones como con Óscar. Sería como tirar piedras contra mi tejado y estúpido no haber querido su continuidad, además de que se pone en duda mi profesionalidad, que es lo que más me molesta.

¿Ve al UCAM en el play off?

Sobre el papel sí. Hay una plantilla compensada, un entrenador con experiencia, una ciudad volcado y un dueño muy importante. Todo eso suma para que tengan más papeletas para conseguirlo, pero durante una temporada pueden pasar mil cosas. Todo el mundo piensa que el UCAM como un equipo luchando por el play off.