El Real Murcia ha metido una marcha más en el último mes de competición. Con una marca obtenida de 16 puntos de los últimos 18 posibles, el equipo grana se ha situado líder del grupo IV cambiando radicalmente la cara sobre las primeras semanas de competición en las que solo obtuvo una victoria en cuatro partidos. Una de las claves de este cambio reside en la mayor fortaleza defensiva que el conjunto de José Manuel Aira ha exhibido recientemente, encajando tan solo tres goles en las últimas cinco jornadas -dos de penalti y uno a balón parado-. Con un nombre sobresaliendo por encima del resto, el de Eneko Satrústegui. Los buenos resultados del equipo han llegado de la mano coincidiendo con el gran estado de forma del navarro, que definitivamente ha dejado atrás la grave lesión sufrida hace ahora justo un año y que le tuvo prácticamente toda la temporada en el dique seco.

Sus problemas en la rodilla ya forman parte del olvido y, desde que arrancó la pretemporada, ya se intuía que Satrústegui podría ser ser uno de los pilares de este Murcia, tal y como está demostrando semana tras semana desde que Aira le otorgase la titularidad en la segunda jornada de la liga. Y es que, curiosamente, el jugador de Villava no estuvo entre los once elegidos en el partido que abrió la temporada en Marbella y que acabó con derrota grana (3-1). Aira lo dejó en el banquillo apostando por la dupla formada por Tomás Ruso y Jaume Sobregrau en una de las primeras decisiones sorprendentes del técnico en este curso. Pero la roja que vio Ruso en ese mismo encuentro abrió de par en par las puertas de la titularidad a Satrústegui en el duelo de la segunda jornada ante el Villanovense. Desde entonces, el navarro no ha vuelto a pisar el banquillo, siendo uno de los pocos fijos para el técnico murcianista cada fin de semana y uno de los cuatro jugadores que ha disputado todos los minutos en liza en el campeonato liguero.

La situación ha cambiado radicalmente para un Satrústegui de un año a esta parte. A principios del pasado mes de noviembre, los servicios médicos del club le detectaron una rotura parcial del ligamento cruzado de su rodilla, obligándole a pasar por el quirófano. Hasta ese momento, y al igual que ahora, el defensa de 25 años era uno de los habituales en el once del Real Murcia. Pero la lesión le tuvo todo prácticamente todo el año sin jugar, ya que solo pudo reaparecer en las dos últimas jornadas del campeonato. En total disputó ocho partidos, los mismos que curiosamente lleva jugados en este curso a las órdenes de José Manuel Aira un jugador que llegó al Real Murcia en el verano de 2014 procedente del Osasuna.

Con Satrústegui fijo en el once, ahora la principal duda es conocer quién será su acompañante en el centro de la defensa para jugar este domingo en el campo del Sevilla Atlético. Tomás Ruso ha actuado en los dos últimos encuentros, ganándole el sitio a Sobregrau, que perdió su puesto ante el Cádiz al no poder jugar por sanción. Contra la Balompédica Linense Aira prefirió seguir apostando por Ruso a pesar de que Sobregrau ya se encontraba a su disposición y de que éste siempre había sido titular en las jornadas precedentes a su baja en el Ramón de Carranza. Ahora, después de un irregular partido del valenciano frente a la Balona, el técnico podría darle de nuevo la titularidad al catalán en Sevilla.