Hace ya tiempo que José Manuel Aira, el entrenador del Real Murcia, parece enfadado en las rueda de prensa cuando gana y, de manera difícil de entender, se vuelve capaz de defender lo indefendible para no cargar las tintas contra nadie cuando el resultado es negativo. Sin embargo ayer se mezclaban dos tesituras distintas, una victoria que llevaba a los granas al liderato del Grupo IV y una imagen en algunas fases del primer tiempo que no le gustó absolutamente a nadie. «En el vestuario nadie habla del liderato, ya que nuestra misión es seguir creciendo. Contra el Linense se ha producido un penalti en nuestra contra que efectivamente nos ha sacado del partido. En la cabeza de los jugadores se mete la idea de que no es justa la situación y siempre parece que cuesta un poco más», explicó el jefe del banquillo murcianista para hacer un pequeño balance del triunfo de ayer contra la Balompédica Linense.

«Ni antes pensábamos en la jornada dos que pudiéramos estar líderes ahora mismo ni podemos permitirnos el lujo de pensar que tenemos algo hecho, porque no es así. En la segunda parte poco a poco hemos ido entrando y al final hemos podido marcar algún gol más que nos habría dado tranquilidad. Vernos arriba en la clasificación solo sirve para reforzar el trabajo que venimos haciendo desde el comienzo de temporada y lo que nos queda por hacer», añadió un Aira que seguramente tuvo que morderse la lengua en algún momento para no cargar las tintas contra nadie.

«Los jugadores hay veces que se bloquean y necesitan que le digamos dónde están las soluciones dependiendo de lo que demande el partido. Yo estoy satisfecho porque los jugadores han sabido rehacerse de un resultado adverso para finalmente conseguir la victoria que andábamos buscando». En cualquier caso, Aira tiene trabajo esta semana para tratar de ajustar una línea defensiva que ayer parecía difícil de entender que era la misma que convirtió la retaguardia murcianista en un muro de hormigón hace dos jornadas contra el Cádiz en el Ramón de Carranza.

La otra cara de la moneda la puso Rafa Escobar, el entrenador de la Balompédica Linense y quien comprobó en sus propias carnes cómo su equipo se marchó sin nada de recompensa a pesar de, por momentos, superar al equipo favorito: «Es posible que después de lo visto no nos merecíamos llevarnos los tres puntos, pero teniendo en cuenta que el Murcia nos ha tirado tres veces a puerta y que ha marcado dos goles, la verdad es que podríamos haber salido de Nueva Condomina con un empate».