Después de jugar en equipos de la ACB como Caja San Fernando, Gran Canaria y CB Murcia, se retiró en 2007 por una grave lesión de espalda. Este revés del destino hizo que abandonara las canchas, pero como deportista empedernido, dio con la horma de su zapato, que no es precisamente pequeño, cuando pusieron en sus manos un palo de golf. Ahora es la mano derecha de Miguel Ángel Jiménez, amigo y compañero, a la vez que director del Circuito Miguel Ángel Jiménez (MAJ). Su carisma, bondad, inteligencia, generosidad y capacidad de trabajo no caben en sus 2,08 metros de altura.

¿Cómo entra un jugador de baloncesto en el mundo del golf?

Hace alrededor de siete años me retiré y de algún modo aparecí en el que ahora es mi club, Golf Altorreal. Comencé a practicar y pronto me volví loco por este deporte, como casi todos los que jugamos. Posteriormente tuve la suerte de conocer a Miguel Ángel Jiménez y gracias a proyectos enfocados a los niños, ahora llevo seis años trabajando con él.

¿Se parece el mundo del baloncesto al del golf?

No mucho, el baloncesto es un deporte de contacto y muchas pulsaciones, y el golf es lo opuesto, aunque si en algo se parecen es en la precisión en momentos tensos. Sin lugar a dudas, el golf es el deporte más bonito del mundo, el que puedes practicar hasta el fin de tus días.

¿Cómo conoció a Miguel Ángel Jiménez? ¿Cómo surgió la idea del circuito?

Lo conocí gracias a una amiga en común, Maria Acacía López Bachiller. 'Mariaca' es la jefa de prensa del European Tour y nos presentó en Málaga. Congeniamos y pocas semanas después me invitó al Masters de Augusta. Comenzamos una buena relación y le propuse hacer algo con niños. Miguel ama a los niños y todo fue rodado. Seis años más tarde aquí estamos, con más proyectos y disfrutando del éxito conseguido.

Gracias al golf conoció usted a Michael Jordan. ¿Cómo fue?

Miguel Ángel me invitó a ir con él a la Ryder Cup de Medinah (Chicago) y él ya me había comentado que era amigo de Jordan. Me prometió que me lo presentaría si lo veíamos en el campo, algo que ya sabía que iba a pasar porque se había anunciado. En ese momento se me cortó la respiración, creo que jugué al baloncesto gracias a ver a Jordan ganar con los Bulls.

¿Cómo ha evolucionado el circuito desde sus orígenes? ¿Qué perspectivas de futuro tiene?

Comenzamos en la zona de Murcia y Alicante para testear cómo podría funcionar. Ese año tuvimos algo más de 300 jugadores en total. Fuimos evolucionando hasta llegar a toda España y a 18 torneos por temporada. Ahora, cinco años después, tenemos más de 1.500 jugadores por año y para el próximo seguimos con muchas más ideas y nuevas sorpresas.

Siempre se le ve a usted impecable en el campo. ¿Considera importante la moda en el golf?

No sé si voy impecable, pero lo que es cierto es que me encanta la ropa y en el golf no podría ser menos. La moda es importante según la persona. A mí me encanta ir a la última, no lo puedo negar.

Una anécdota.

Quizá la mejor de todas dentro del mundo del golf fue cuando hice de Caddie de Miguel Ángel en el Masters de Augusta, pero trabajar dentro del equipo de la Ryder Cup es la mejor anécdota que puedo recordar toda la vida.

¿Qué prefiere, un torneo o una partida con amigos?

Sin lugar a dudas, una partida con amigos. No hay torneo en el mundo que compense lo bien que lo pasas jugándote las cañas con los amigos.

Una partida inolvidable.

Sencilla. Una con amigos, divertidos, golfistas de verdad y, sobre todo, buena gente. Pero si tuviera que elegir una, creo que me la jugaría con Miguel Ángel Jiménez, Michael Jordan y Justin Rose.