El FC Cartagena se volvió a encontrar con otra derrota lejos de su estadio al caer en La Condomina frente a un UCAM Murcia más ambicioso que aprovechó su superioridad numérica en la segunda parte. La expulsión de Mario Sánchez al filo del descanso marcó el partido y tiró por tierra el gol inicial de Quique Rivero, una vez más, el mejor de los albinegros durante los noventa minutos. El UCAM Murcia encontró el premio en forma de victoria a su valentía en un derbi regional frente al Cartagena al que no le faltó de nada (2-1). Con fases de buen juego, intensidad, goles, jugadas para la polémica y un expulsado en una jugada que marcó el partido.

Los universitarios remontaron el gol inicial del Cartagena con dos tantos en la segunda parte después de una avalancha ofensiva con la que castigaron el excesivo conformismo de los albinegros, muy tocados después de quedarse con uno menos por la roja de Mario Sánchez al filo del descanso. Iván Aguilar y Pallarés, un ex del Cartagena, anotaron las dos dianas del UCAM pero todo el mérito en ambos se lo llevó Góngora al servir dos balones milimétricos. El lateral zurdo fue clave en el triunfo de su equipo con dos asistencias perfectas que lapidaron al cuadro visitante, que sigue sin conocer la victoria lejos del Cartagonova.

El derbi entre murcianos y cartageneros estuvo a la altura de las expectativas. Se esperaba mucho de dos equipos que apuestan por el juego de toque, pero las primeras señales de vida las dio el UCAM. El Cartagena, más resguardado, prefirió ceder la posesión pero presionar fuerte la salida de juego de su rival. Menudo y Luque actuaron como la primera línea de presión por parte de los albinegros. Una situación que impidió que los locales jugaran con comodidad y tuvieran problemas con la salida de balón.

La primera ocasión llegó a los doce minutos con un centro templado de Góngora que Pallarés cabeceó fuera, pegado al palo. Los universitarios avisaban de sus intenciones en un partido que, poco a poco, fue subiendo en intensidad. Mario no tardó en ver la primera amarilla del duelo por una falta evitable después de perder un balón en el centro del campo.

Con el paso de los minutos, el Cartagena dio un paso adelante y las fuerzas se equilibraron en el centro del campo. Fue cuando empezó a aparecer Quique Rivero, el mejor jugador en ambos equipos en la primera mitad. El cántabro, jugador de superior categoría, es el guía del Cartagena y cuando el balón llega a sus pies el fútbol parece mucho más sencillo incluso en una categoría tan poco vistosa como la Segunda B. En el UCAM era Nono el único que lo intentaba, pero ayer se encontró con pocas ayudas en la línea de tres cuartos. Bello continúa lejos de su mejor versión e Iván Aguilar apenas aparecía en la banda derecha.

El Cartagena tampoco ofrecía noticias en ataque, pero curiosamente fue el primero en romper el partido. Un centro perfecto de Luque desde la banda derecha acabó en las botas de Quique Rivero, que batió con facilidad a Escalona en el minuto 40. El centrocampista albinegro marcaba por segunda jornada consecutiva, demostrando que, al margen de creación, también tiene gol.

El partido se ponía de cara para el cuadro de Víctor Fernández, aunque la segunda amarilla del lateral Mario al borde del descanso cambió completamente el panorama. El murciano no pudo estrenarse de peor manera con la camiseta albinegra. Con su roja trastocó por completo los planes de su entrenador y todo cambió en la segunda parte.

Con uno menos sobre el terreno de juego, Víctor retrasó a Juanlu Hens, hasta ese momento extremo izquierdo, al lateral derecho para recomponer su disposición. El técnico albinegro prescindía de un atacante y pronto tuvo que hacer otro cambio porque el UCAM empezó a crear mucho peligro por la banda derecha. Luque dejó su sitio a Jonxa, que entró para ayudar en tareas defensivas a Candelas, desbordado casi siempre por Bello o Tekio. Sin embargo, el equipo local encontró el empate por la banda izquierda. Góngora rompió por su lado y puso un centro medido para que Iván Aguilar rematara a placer. El balón se paseó por detrás de la defensa cartagenera, muy inocente en la jugada.

El UCAM se remangó y fue directo a por el partido. Con el Cartagena tocado, Salmerón siguió moviendo piezas y retiró a su mediocentro defensivo, Checa, por otro mediapunta, Jesús Rubio. El futbolista de Cáceres le dio si cabe más mordiente ofensiva a su equipo. Imprimió más velocidad al juego de ataque y los albinegros, con Sergio García solo en ataque, renunciaron por completo al balón.

Los locales siguieron llegando con asiduidad a la meta defendida por Limones sobre todo con centros laterales que normalmente eran desviados sin problemas por la zaga visitante. Pero la excesiva actitud defensiva del Cartagena le acabó pasando factura. Jesús Rubio abrió el juego a la banda izquierda, donde volvió a irrumpir Góngora. El lateral malagueño aprovechó su guante en la zurda para servir en bandeja otro balón medido a Pallarés, que marcó en plancha haciendo gala de su condición de delantero centro. Faltaban cinco minutos para el final y el Cartagena, en la lona, volvió a levantarse para tirar de corazón y buscar alguna oportunidad con balones colgados al área de Escalona. No la encontró e incluso el UCAM pudo hacer el tercer tanto a la contra, pero sus atacantes fallaron en la definición. Al final, los tres puntos se quedaron en La Condomina para alegría de los murcianos, que se colocan líderes a la espera de lo que hoy haga el Mérida.