Así es la categoría de bronce del fútbol español. Puedes ser mejor o peor que tu rival, pero cualquier error, cualquier mínimo detalle, hace que te marches de vacío tras un encuentro en el que no mereces ganar, pero tampoco perder.

Esta podría ser una lectura del encuentro de ayer entre el Recreativo de Huelva y el UCAM. Una mañana dominical que arrancaba en tierras onubenses con manifestación de los empleados del 'Recre', que cuestiones futbolísticas aparte, sufren como los que más los impagos de un club histórico que lo está pasando realmente mal.

Cuestiones burocráticas aparte, el encuentro, emplazado para el mediodía, comenzaba animado con un UCAM y un Decano bien plantados que, al menos en los primeros compases del partido, invitaban a pensar que se vería buen fútbol en el Nuevo Colombino. De hecho, los universitarios tenían, tras los diez minutos iniciales, una buena ocasión en las botas de Nono que casi inaugura el marcador. La presión ejercida en el costado derecho por Iván Aguilar, de nuevo la referencia ofensiva escogida de inicio por el técnico del UCAM, Salmerón, desembocaba en la mejor (y única) ocasión para el equipo murciano.

Aguilar retrasaba para Nono en la esquina derecha del área grande, y el menudo atacante, que ayer actuó tras el delantero y no en banda como acostumbra, disparó con potencia, poca altura, y mucha precisión a la base del palo izquierdo de la portería defendida por Gálvez. El arquero onubense se estiraba y conseguía desviar a córner una acción peligrosa de las que el UCAM no volvería a disfrutar en los ochenta minutos posteriores.

Si los aficionados que pudieron visionar el encuentro se quitaron las legañas con esa buena ocasión de Nono, pronto volverían a su letargo, y es que lo más llamativo de esta primera mitad sería la lesión del central murciano del Recreativo Juan Antonio Zamora, que sufrió un duro giro en una de sus rodillas tras caer en mala posición sobre el césped, si es que a ese 'verde' se le puede llamar césped, ya que el estado de la hierba era tajantemente desastroso. Fue sustituido tras la primera media hora de partido por otro jugador de la Región, el lateral exmurcianista Mario Marín.

Tras una primera mitad en la que el Recre, más que con buenas ideas, intentaba dominar y presionar con empuje, y el UCAM no plasmó su presencia ofensiva tan característica conteniendo el balón (César Remón, bastante gris), el arranque de la segunda volvía a premiar a los asistentes con un poco más de fútbol. El Decano salió más ordenado, con más criterio a la hora de elaborar, especialmente por banda derecha, donde Antonio Domínguez, y el propio Mario Marín, enarbolaban jugadas rápidas desde el costado que en alguna ocasión encontraban rematador en el flanco izquierdo, aunque sin poco peligro.

El UCAM podía aprovechar esos espacios generados por el ímpetu del Recreativo, pero en dos contragolpes con superioridad numérica, ni Carlos Rodríguez ni Bello consiguieron conectar con sus compañeros, gracias en gran medida a las perfectas coberturas realizadas por el lateral zurdo portugués Mica Pinto. Los cambios no tardaron en sucederse, pero ni Pallarés, al que Salmerón volvió a probar junto a Aguilar en la punta de ataque, ni Jesús Rubio, ni Góngora, que actuó como extremo tras su suplencia en el partido (Pol Bueso fue el lateral titular), encauzaron mínimamente el encuentro para los universitarios.

Y cuando más relajado estaba el partido, en el minuto 80', un saque de esquina lanzado por el guante izquierdo de Antonio Domínguez era rematado en el primer palo, con muchas dificultades pero con mucha más precisión, por un veterano curtido en mil batallas: el exmadridista Antonio Nuñez, que también militó en el Real Murcia durante una campaña, conectaba un testarazo ante la envergadura del central del UCAM Fran Pérez que se marchaba, cruzado y directo, hacia la escuadra de un Escalona que nada pudo hacer para evitar el tanto.

El choque estaba dilapidado para el UCAM, que se vio sin tiempo y sin ganas de enmendar su conformismo. Ofensivamente, la repulsa de los dos equipos fue total, ya que el bagaje del duelo se saldó con dos disparos a puerta, uno para cada conjunto. El Recreativo se lleva la gloria gracias a la efectividad (primer gol como local), y el UCAM, la pena y la sensación de que con muy poco, pudo rascar un empate en una visita complicada. Poco merecimiento, demasiado castigo.