¿Quién le animó a hacer deporte?

Mis padres me animaron a hacer atletismo porque carecía de amigos por la falta de comunicación. Por ese motivo, propiciaron que buscara una vida sociable. Además, yo era un niño muy nervioso, muy inquieto, y en casa siempre nos ha gustado el deporte. Mi padre y mi hermano fueron ciclistas, así que una forma que vieron en mi familia para que tuviera una vida sana fue a través del atletismo.

Aparte del atletismo, ¿qué otros deportes ha practicado en su vida?

Curiosamente, el único deporte que me tomé en serio fue el atletismo. Alguna vez he practicado fútbol, voleibol y, sobre todo, ciclismo, pero muy superficialmente.

¿ Cómo recuerda los inicios en el atletismo, fueron duros por su deficiencia auditiva?

El primer día en la escuela de atletismo de Murcia llegué a un grupo de compañeros oyentes y no me enteraba de las instrucciones de mi entrenadora ni mis compañeros. Fue un día muy duro para mí, pero son circunstancias normales cuando un sordo llega a un grupo. Poco a poco me fui adaptando.

¿Y su primera competición, recuerda cómo fue?

Fue en Murcia y participaban más de cien personas de mi edad (7-8 años). Estaba alterado, tenía miedo a fallar por mi discapacidad, especialmente en la salida. Y efectivamente llegué en la ultima posición, ya que tardé mucho en percibir la señal. Me enfadé un montón y pensé en dejar el deporte.

¿Cómo solucionó el problema de las salidas?

Mis padres, antes de empezar la carrera, hablaban con los jueces para que me pusieran en la calle uno, más cercana al juez con su pistola de salida, y unas veces también se ponían con un pañuelo, e incluso con la mano dándome indicaciones. En general, me han tratado muy bien y al final todos sabían que no oía y lo tenían en cuenta. Actualmente me conocen muy bien y cuando compito en Murcia, siempre me pregunta si quiero ayuda o algo sin haber ido yo a pedirla.

¿De qué medalla guarda mejor recuerdo?

Tengo muchas medallas, pero la que más me ha tocado fue la plata en la categoría absoluta del Campeonato de Europa de aire libre para personas sordas. Era el más joven y había gente muy experimentada. Los jueces decidieron el oro en la foto finish. Perdí por los pelos, pero me conformo con ello.

Cuando compite con atletas que no sufren ninguna discapacidad, ¿nota afecto o incomprensión?

Creo que soy de los pocos sordos que compiten con oyentes. La mayoría de los compañeros me conocen y me tratan como uno más, y saben que a pesar de ser sordo, en la carrera puedo hacerlo igual que ellos. Por cierto, he participado en más de un Nacional de mi categoría y casi siempre me he quedado a las puertas de la final. Eso es porque me lo he ganado consiguiendo una mínima, exactamente igual que los atletas que no sufren mi discapacidad.

¿Se considera muy competitivo?

Sí, no me gusta perder ni a las canicas, siempre tengo la ambición de ganar. Esa competitividad también me ha servido en los estudios, donde un chico sordo como yo también tiene sus barreras de comunicación. El deporte te empuja fuera y dentro de las pistas.

¿Y los estudios, cómo van?

Muy bien, este año estoy en tercer curso de Ciencias de Actividad Física y el Deporte en la Politécnica de Madrid, intentando compaginar mis entrenos con las clases. También cuento con un gran servicio de Ilse (intérprete), y gracias a ello avanzo mejor con los estudios. Soy el único sordo en mi facultad y estoy muy contento con el trato.

¿En qué deportista se ha fijado más a lo largo de su trayectoria deportiva?

Mi ídolo y compañero es Javier Soto, no por sus éxitos, sino por su gran esfuerzo en la pista con los oyentes. Es un ejemplo porque ha demostrado que todo es posible a pesar de su discapacidad. A nivel internacional me fijo en Nick Symmonds, un estadounidense que corre la misma prueba que yo, 800 metros. Es un fenómeno que me transmite su coraje, que me inspira a correr luchando metro a metro.

No entiendo por qué los atletas con deficiencias auditivas no están incluidos en la paralimpiadas. ¿Qué es lo que ocurre?

Los deportistas sordos no estamos incluidos dentro del movimiento paralímpico internacional, sino en nuestros propios juegos ‘sordo olímpicos’, equivalentes a los paralímpicos. Hubo etapas en las que ambos comités hicieron algunos intentos de fusionar dichas competiciones, pero no llegaron a un acuerdo. Nosotros queremos un reconocimiento legal de nuestros juegos olímpicos dentro del ámbito nacional y queremos normas que regulen el reconocimiento, como ocurre en otros países tal es el caso de Rusia, Ucrania, Corea, Polonia y otros.

¿Con qué ayudas cuenta?

Llevo dos años becado como interno en la residencia Blume de Madrid. Además, la temporada pasada, la empresa de Gaes, me concedió una beca de 800 euros, y sigo intentando que alguien me patrocine, por ahora sin resultado, pero no pierdo la esperanza de que alguien pueda ayudarme.