Cristo Martín (Santa Cruz de Tenerife, 1987) llegó este verano a Cartagena con una losa cargada a la espalda: la de estrella del equipo. Ese peso que anteriormente llevaron otros futbolistas y no pudieron soportar, como le ocurrió hace un año al uruguayo Sebastián Ribas. De este canario de 28 años han hablado maravillas tanto el entrenador, Víctor Fernández, como el propietario, Paco Belmonte: el fichaje era, por su experiencia en Segunda con el Tenerife, inalcanzable, no entraba dentro de los planes. Pero ahora Cristo, que ha jugado los últimos cuatro partidos al completo, poco a poco va poniéndose a punto físicamente y está dispuesto a asumir nuevos roles en el conjunto albinegro, como en la faceta goleadora.

«Mis sensaciones son buenas, mejores de las que pensaba. Llegué aquí siendo mi primera etapa fuera de las islas, y eso cuesta. No tuve pretemporada y poco a poco me voy encontrando mejor, y creo que puedo aportar más cosas al equipo que todavía no he demostrado. Estoy trabajando en ello, y solo me falta un poco más de chispa», confesó el canario, y añadió: «Me encuentro bien y no hay ninguna excusa: se tiene que ver al mejor Cristo».

Sabe el exfutbolista del Tenerife que a su nuevo equipo le cuesta hacer y no encajar goles (el Cartagena acumula 7 a favor y 9 en contra después de mes y medio de competición), por eso le gustaría ayudar en esa faceta pero siempre y cuando continúe jugando detrás del delantero. «Lo estoy intentando y trabajo para ello día a día. No me obsesiono, nunca lo he hecho en mi vida y no lo voy a hacer ahora, pero está claro que vengo de tres años sin jugar en esa posición, vengo de jugar en banda, y ahí es más complicado llegar al área. Ahora, en la mediapunta, tengo que aportar goles al equipo. Víctor Fernández me pide y me insiste en que pise más el área», explicó.

Por este motivo, a Cristo Martín se le ha exigido más peso, más liderazgo en el verde. «Lo mejor para mí y para el equipo es estar cerca del área y no venir tanto a recibir atrás. Si el entrenador me aprieta en ese sentido es porque confía en lo que puedo hacer». De carácter inconformista y acento muy marcado, el canario insistió ayer en rueda de prensa en que este domingo ante el Jumilla, a las 18.00 horas en el estadio Cartagonova, todos deben demostrar «el hambre, la entrega, las ganas y la ilusión» de sacar la situación adelante y abandonar la zona baja de la clasificación. «Yo no me conformo, siempre quiero mejorar. Tengo muchísimo margen de mejora, tengo que hablar en el campo y es lo que estoy metiéndome en la cabeza», declaró.

Tanto el conjunto vinícola como el albinegro pretenden sumar los tres puntos y escalar posiciones cuanto antes. No obstante, Cristo no quiere hacer saltar las alarmas porque «el del domingo no es un partido clave, sino todos. Lo que hay que hacer es demostrar el potencial que tiene este equipo e intentar ganar».

Preguntado por la última derrota en el estadio Romano, y más concretamente por la falta de intensidad que critican al grupo, el canario quitó importancia al asunto. «No nos falta intensidad en los partidos. La semana pasada hubo un equipo, el Mérida, que nos pasó por encima. No hay nada más que decir. Hay que apretar desde el primer segundo para ganar. Trabajamos con alegría, que es fundamental», comentó.

De hecho, una pizca de sosiego es fácilmente castigada por el entrenador, Víctor Fernández, quien no duda en poner en práctica un flujo de entrada y salida de futbolistas en función de su rendimiento. Así, Sergio García y Menudo ya han sido sustituidos al menos una vez en lo que va de Liga. «Me parece fenomenal que haya cambios en el equipo; eso significa que hay una plantilla muy amplia y de buenos jugadores. Hay competencia. Ninguno de nosotros somos Messi o Cristiano Ronaldo, así que si no estás bien, no sales», aseguró Cristo.