El nuevo ejército de José Manuel Aira ha ganado profundidad respecto al anterior. Su batallón ha sido planificado para altos vuelos. De ahí, la importancia que este curso se ha dado a los extremos y a la mediapunta, dos de las posiciones donde más debilidad se mostró el pasado curso y que más quebraderos de cabeza generaron a un técnico que incluso vio como sus opciones se complicaban tras la lesión de gravedad de Miguel Albiol. Solo las irrupciones de los canteranos Arturo, fundamental en el inicio liguero, e Isi, que dio el salto en la segunda vuelta, salvaron la falta de gol de una línea en la que ni la calidad de Javi Flores era suficiente.

Intentando aprender del pasado y corregir errores, Aira prestó este verano especial atención a esa segunda línea de ataque. Y aunque en los primeros partidos las cosas no salieron, desde hace tres semanas se está viendo una versión más que atractiva de un conjunto grana que todavía tiene que ganar tranquilidad en el centro del campo y fortaleza en defensa.

Los que no están desentonando son los extremos y los mediapuntas. En tres jornadas, coincidiendo con la racha victoriosa de los murcianistas, se ha visto que están preparados para en cualquier momento apretar el gatillo y abrir fuego. Sergio García es el más destacado. No solo asiste sino que también marca. Sus buenas actuaciones le han llevado a ganarse la titularidad pese a empezar con la condición de suplente. Germán Sáenz, que completó en Lepe un gran partido con un gol, ha seguido los pasos del cántabro, ganándose un sitio por la derecha. Fran Moreno, que también debutó como goleador el domingo, no ha desentonado como revulsivo, un papel que interpreta a la perfección Isi, al que solo le falta hacer diana.

Algo que si ha hecho Arturo, quien, pese a verse superado por los fichajes de este curso, ha celebrado dos tantos, uno frente al Villanovense y otro ante el San Roque de penalti. Chavero, con otra pena máxima, también redondeaba su mejoría y aportación al fútbol ofensivo de los murcianistas. La nota negativa la ha protagonizado de momento Javi López. Titular en los tres primeros partidos, que acabaron en derrota y con malas sensaciones, el malagueño fue uno de los castigados de José Manuel Aira, quien le mandó directamente a la grada.

Con el andaluz o sin el andaluz, esa segunda línea está llamada a ser la que marque diferencias y a acabar con el discurso de falta de pegada del técnico grana. De momento han empezado a conseguirlo. Entre todos llevan siete goles, pero lo que es más importante, los delanteros (Carlos Álvarez y Azkorra) agradecen la insistente apuesta, especialmente de los extremos, de meter balones al área.

Sergio García es el que menos tiempo ha necesitado para convencer a Aira y a la afición murcianista. Por ahora, la banda izquierda lleva su nombre. Y eso que el técnico le otorgó en un primer momento la condición de suplente. Pero su capacidad para mejorar la mala imagen ofrecida durante los primeros encuentros cuando saltaba desde el banquillo llevaron al preparador leonés a rectificar y darle la titularidad en la jornada 4 frente al Betis B. Y el cántabro se lo agradeció con resultados. Protagonismo por banda, insistencia en el juego de ataque y una asistencia en el saque de un córner que permitió a Azkorra abrir el marcador y cambiar la dinámica de un partido que se comenzó perdiendo. Esas sensaciones se han ido confirmando tanto frente al Melilla, partido en el que abrió el marcador con un tanto en el primer minuto y asistió a Germán en el 2-0, y contra el San Roque, encuentro del domingo en el que también consiguió un gol fundamental que significaba el 1-1 después de una primera parte en la que las cosas no funcionaron.

Otro que ha sabido entender rápidamente la debilidad de Aira por premiar a los jugadores que aprovechan las oportunidades ha sido Germán Sáenz. El tinerfeño fue el segundo en enseñar la patita desde el banquillo y en obtener la recompensa deseada. Su presencia en el once fue una sorpresa en el choque ante el Melilla. El delantero veía como su técnico le reconvertía a extremo derecho y solo rechistó para hacerse notar positivamente con un gol que confirmaba el triunfo murcianista. Frente al San Roque asistió a Carlos Álvarez en un contragolpe perfecto que significó el 2-2 y que dio alas a los granas camino de la victoria, la tercera consecutiva.

Fran Moreno, por su parte, también aprovechó la victoria de Lepe para darse a conocer entre los aficionados. El pamplonés, que llegó como uno de los fichajes con más calidad para el centro del campo, apenas ha disputado minutos. Incluso ha visto algún partido desde la grada. Pero el domingo cuando saltó al terreno de juego en la segunda parte ayudó a que la remontada fuese posible. Aprovechó una asistencia de Chavero para poner el 2-3 y posteriormente provocaría la jugada que acabó con gol de penalti del catalán. En la misma situación que Fran Moreno están Isi y Arturo, aunque estos sí saben lo que es ser titular, condición que han perdido en favor de otros. Por ahora son utilizados por Aira como revulsivos.

Si las cosas no cambian, Aira dispone este curso de un fuego que hace un año no tenía. Porque, quitando a Jairo y a Javi Flores, más vistosos que goleadores, al técnico leonés solo le salvó la irrupción de los canteranos Arturo e Isi, que acabaron la liga con 5 y 6 goles, respectivamente, pese a no ser indiscutibles. Por contra, Rubén Sánchez, una de las grandes apuestas del Chuti Molina, acabó siendo un auténtico fracaso, con más presencia en la grada que en el campo. Xavi Marqués, por su parte, no contó nunca; mientras que Albiol, decisivo en jugadas de estrategia, acabó lesionado de gravedad, lo que llevó a fichar a un Álvaro Rey que tampoco solucionó nada.