El FC Cartagena ha vuelto a las andadas. Ayer caía derrotado en casa del Mérida por 2-1 y con este resultado ocupa el puesto de promoción por la permanencia. Los de Víctor Fernández calcaban aquella triste primera parte ante el Sevilla Atlético esta vez en el estadio Romano contra el equipo emeritense. Al entrenador empieza a preocuparle que sus pupilos no sepan entrar con carácter ni enchufados a los entrenamientos, lo que supone casi tirar 45 minutos y brindarle demasiadas oportunidades al rival para ponerse por delante.

Y es que los albinegros ofrecieron una imagen preocupante por momentos, porque a pesar de haber dominado y tener el balón, no ofrecían alternativas de medio campo hacia arriba. El Mérida, que se ha puesto líder, aprovechó los sofocones defensivos para ponerse por delante.

En el segundo tiempo el FC Cartagena reaccionó con los cambios y el técnico les pidió a los suyos más vigor, que dieran un paso adelante y es cierto que fue cuando llegaron los mejores momentos, pero si no hay gol no sirve de nada. Por contra, el Mérida, gracias a un zapatazo a la escuadra de Aitor García hacía el 2-0 que casi sentenciaba a pesar de que Ayoze recortase distancias a tres minutos del final.

El equipo albinegro empezó con buen pie, sobre todo porque el rival dejó a los albinegros el control del esférico y el conjunto de Víctor Fernández decidió que era mejor tener la manija del partido que darle la posibilidad al rival.

Sin embargo, este control aparente no ofrecía sensación de peligro casi nunca. El técnico decidió dejar fuera del once inicial a Menudo y que Juanlu, Cristo y Sergio García se alternaran en las bandas y la media punta. Sin embargo, el problema no llegó por la falta de jugadores ofensivos, capaces de desencadenar en cualquier momento una acción ofensiva, sino en el centro del campo, donde Rivero -acompañado por Sergio Jiménez- no era ese jugador que puede ofrecer el pase de calidad previo al gol. El cántabro apenas apareció en el primer periodo y su equipo lo notó. Tener el balón en los pies no era síntoma de saber qué hacer ni de poder anotar, sobre todo porque el Mérida, que llegaba en un buen momento, gozaba de peligrosas contras que ponían contra las cuerdas a la defensa albinegra.

La primera media hora fue la de un encuentro sin claras ocasiones, con idas y venidas sin criterio que no ayudaban a un FC Cartagena que necesita como el que más ir a por los partidos desde el primer minuto y en este caso tampoco sucedía así.

En el minuto 38 llegó el tanto del equipo emeritense tras anotar Pedro Conde, de disparo cruzado, un pase que le dejaba su compañero Taranilla perfecto para su ejecución, sobre la meta de Limones.

El tanto dejaba algo tocado a los alibinegros, porque cuatro minutos después Joaqui mandaba al larguero un balón que le llegaba claro al segundo palo. El bloque local podía haber puesto en el marcador un tanto psicológico y una dura prueba de nuevo para los albinegros.

Otra vez el FC Cartagena se encontraba por detrás en el marcador. En estas seis primeras jornadas tan sólo en una ocasión se ha puesto por delante y esa acabó con la única victoria hasta ahora del equipo albinegro. Los cartageneristas volvían a dejar de nuevo una sensación amarga, porque no dieron síntomas de ser el equipo que todo el mundo espera y suele ser superado por los oponentes con un toque de actitud, carácter e intensidad.

En el vestuario Víctor Fernández pidió a los suyos que despertaran de ese letargo en el que se habían visto sumidos de nuevo en la primera parte del encuentro y que se saldaba con un marcador en contra de nuevo.

En el segundo tiempo es cierto que el bloque cartagenerista mejoró, dio un paso adelante y cambió la dinámica ante un oponente bien posicionado atrás y con buenos jugadores arriba.

Cristo lo intentó desde lejos en el minuto 48 en el primer disparo con intención de los cartageneristas en el partido, pero el portero atajaba sin problemas. En el minuto 58 Víctor daba entrada a Menudo por un desaparecido Sergio García y a continuación era Palau el que debutaba dejando la posición Juanlu. El equipo visitante apretaba y ponía cerco a la meta de Raúl Moreno.

En el minuto 70 Quique Rivero disparaba ajustado al palo y el meta mandaba el balón a línea de fondo. Cinco minutos más tarde el propio Menudo ajustaba mucho el libre directo que el cancerbero local se encargaba de mandar a saque de esquina en una fantástica intervención.

Los de Víctor Fernández estaban en su mejor momento del partido, tan sólo había que azuzar el avispero y ver si eran capaces de llevarse el empate en una de esas acciones ofensivas. Por ello, el entrenador decidió apostarlo el todo por el todo cuando daba entrada al uruguayo Laens y Sergio Jiménez dejaba su posición en el centro del campo.

Quedaban pocos minutos para acabar y no cabía otra cosa que buscar el empate y el triunfo en todo caso. Pero otra vez llegó una contra de los locales, que estaban esperando ese momento para darle la puntilla al marcador y lograr el liderato del grupo. Y lo consiguieron con un tanto obra de Aitor García, que saltó en el segundo tiempo, para, con un perfecto disparo, colar el segundo gol.

Los albinegros llegaron a reaccionar al acortar distancias gracias a un remate de Ayoze -el segundo en dos partidos-, en un ataque decidido de los cartageneristas. El gol dio alguna esperanza, aunque quedaba poco tiempo y las prisas no suelen ayudar demasiado para pensar con frialdad.

El resultado ya no se movió y los albinegros vuelven a casa de nuevo con ese regusto amargo que supone acumular menos de un tercio de los puntos disputados y que te deja otra vez en una incómoda situación.