La palabra liquidación se ha convertido en los últimos tiempos en el término más temido tanto por los responsables del Real Murcia como por los aficionados. El descenso a Segunda B hace un año por impagos a Hacienda y la incapacidad económica para afrontar los pagos del convenio de acreedores firmado en 2010 dejaban a la centenaria entidad en una situación muy delicada.

Tampoco ayudaba el 'no' que recibió la propuesta planteada por Jesús Samper a finales de 2014 en la que se hablaba de alargar los plazos cinco años y hacer una quita del 50%. Pero desde el martes el miedo ha dado paso a la esperanza. Y es que después de cuatro meses de negociaciones y de intensas reuniones por parte del máximo accionista del Real Murcia, el G-30 ha decidido aceptar la segunda propuesta de modificación de convenio puesta sobre la mesa por Jesús Samper y en la que se eliminaba la quita planteada inicialmente. Según informaba anoche Onda Regional, el grupo de clubes que componen el fútbol profesional aprobaba por mayoría aplazar a cinco años el pago de los 3,7 millones de euros que actualmente les adeuda la entidad murcianista. Una información que desconocían ayer en Nueva Condomina, donde explicaban que no habían recibido ninguna notificación respecto a este tema, aunque sí estaban convencidos que las últimas reuniones del presidente iban a dar los frutos esperados.

Este visto bueno, unido al del 34% de los pequeños acreedores que ya se habían sumado y al OK de la Liga de Fútbol Profesional, que según ha podido saber esta redacción confirmaba su apoyo hace unos días, permite al Real Murcia superar el 60% de las adhesiones que exige la ley para poder sacar adelante un nuevo convenio de acreedores que era fundamental para garantizar la supervivencia de la entidad.

El siguiente paso a seguir una vez que el G-30 notifique oficialmente que acepta las condiciones propuestas será presentar en el Juzgado de lo Mercantil 1 de Murcia todas las adhesiones para que la jueza María Dolores de las Heras apruebe un nuevo convenio que sustituirá al firmado en 2010 y que permitirá alargar los pagos durante cinco años más. Aunque el punto más importante de la propuesta aceptada es que el Real Murcia se asegura no afrontar ningún importe mientras se milite en Segunda B, según se especifica en el punto dos del documento enviado por Samper a los acreedores. Eso sí, si llegado al quinto año el club murciano «hubiese participado en Segunda B o categoría inferior durante una o más temporadas, ser verá obligado a satisfacer el pasivo total que quede pendiente en dicho vencimiento, con independencia de la categoría en la que participara en ese momento», se puede leer en el escrito de modificación planteado por el máximo accionista.

Una vez que el Juzgado de lo Mercantil 1 de Murcia, que en enero de este mismo año rechazaba la propuesta inicial en la que se incluía una quita al no obtener esta el 60% de los apoyos exigidos, dé validez a las adhesiones, el Real Murcia se quitará un problema de encima, quedando solo pendiente el acuerdo para aplazar la deuda con Hacienda. Y es que desde hace unos meses, el principal objetivo de los responsables granas era objtener el 'sí' del G-30 para reunir el visto bueno del 60% de los acreedores que exige la ley. «Lo que necesitamos es que el G-30 se adhiera al concurso, porque lo que no se puede estar es sin convenio», señalaba a esta redacción una persona del entorno de Samper en el mes de abril.

El primer intento para convencer a Javier Tebas, que además de presidente de la Liga de Fútbol Profesional también asesora al G-30, lo hizo el Guillermo Martínez Abarca. El vicepresidente grana se trasladaba a Madrid junto a José Antonio Cobacho para reunirse con Tebas y Miguel Cardenal, presidente del Consejo Superior de Deportes. De esa cita salió el compromiso del máximo responsable de la Liga de aceptar la nueva propuesta de convenio siempre y cuando se llegase a un acuerdo con Hacienda, que, según el oscense, había levantado la mano para dar más facilidades a los clubes. Pero finalmente la Agencia Tributaria, al contrario de lo asegurado por el abogado, no hizo concesiones, lo que acababa de golpe con el plan iniciado por Abarca y Cobacho.

Fue en ese momento cuando Jesús Samper entró en escena para convencer a Javier Tebas de que la 'pelea' con Hacienda nada tenía que ver con el convenio de acreedores. La primera reunión, celebrada en el mes de mayo, dejaba buen sabor de boca en el presidente grana. Aunque la llegada del verano retrasó la resolución, finalmente, y después de un nuevo contacto en agosto, la Liga, primero, y el G-30, el martes, dan un 'sí' que, una vez confirmado por la jueza que lleva el convenio del Real Murcia, permitirá salvar un escollo muy importante.