El UCAM Murcia CF cosecha su primera derrota de la temporada. El conjunto entrenado por José María Salmerón volvió por sus fueros al jugar como local, a pesar de la mejoría mostrada la jornada pasada ante el Almería B. En la primera cita liguera en casa, el UCAM acusó una falta de gol que ayer volvió a plasmarse ante el Mérida.

El equipo murciano pisó el césped sabedor de lo que le esperaba por parte del conjunto emeritense. Salmerón, técnico universitario, había avisado sobre el verdadero peligro del Mérida a lo largo de la semana: defensa inexpugnable, y mucha velocidad a la contra. Y eso lo ejecutó a la perfección el equipo dirigido por Ángel Luis Alcázar. Demasiada recompensa para los visitantes, o tal vez no, viendo como perdonó el UCAM en la segunda mitad.

El encuentro arrancaba con susto, y es que una mala cesión del defensor Fran Pérez hacia Ángel Robles posibilitaba la primera oportunidad de gol para los visitantes: Pedro Conde la cazaba en la frontal, pero Robles, providencial, se interpuso en la trayectoria del esférico para desviar a córner. Tras ese susto, se vislumbró la tónica habitual a la que acostumbran los universitarios: dominio de la posesión, combinaciones rápidas hacia la banda y balones colgados desde los laterales. Nono y Pallarés no conseguían intervenir entre las líneas defensivas del Mérida, que no se arrugó a pesar de ese control promulgado por los universitarios.

Pero cuando el UCAM aplicaba su medicina, de nuevo un mal despeje de la zaga universitaria volvía a colocar el balón franco para que Pedro Conde disparase con comodidad. Y esta vez no falló. El '9' del Mérida la clavaba con efecto en la escuadra de un Escalona que únicamente pudo aplaudir el golpeo exquisito del delantero visitante.

La primera mitad concluía con un UCAM noqueado, que vio como el gol le sorprendía de tal manera que tardó en volver a despertar de su letargo. Y en cuanto al Mérida, en lo que se refiere a actividad ofensiva, pare usted de contar. Dos disparos, un gol, pérdidas de tiempo, y a defender el resultado.

Salmerón, tras observar el modo en el que su equipo se marchaba a vestuarios, intentó dar un soplo de aire fresco al equipo con la salida al campo tras el descanso del extremo Carlos Rodríguez, que sustituyó a un Checa que se vio contagiado de una espesura atípica en él. Jesús Rubio retrasaba su posición para acompañar en la creación a Fall, y de este modo Salmerón colocaba a cuatro hombres en su línea más ofensiva.

Tras esto, el Mérida se encerró. El entramado defensivo de los hombres de Alcázar fue estresante, ya que limitó el juego del UCAM a lo largo de todo el segundo tiempo a colgar balones desde las bandas. Balones que casi nunca encontraban rematador.

Este sistema de juego impuesto por el Mérida se recrudeció tras la expulsión de Morgado en el minuto 65. El central visitante vio la primera cartulina en el 60 por perder tiempo, y cinco minutos más tarde, entraba con los pies por delante a un Bello que se retorció de dolor tras el impacto. El UCAM disponía de superioridad numérica en los últimos 25 minutos del encuentro. Pero no lo aprovechó.

Como es obvio, el Mérida se limitó a achicar agua de su barco, evitando el peligro propuesto por los universitarios. Tanto los centros desde el lateral como los saques de esquina de los universitarios eran repelidos por la zaga extremeña. Además, el portero visitante Raúl Moreno (increíble que no viera una cartulina amarilla por pérdida de tiempo), se convertía en el mejor jugador del encuentro evitando cualquier atisbo de peligro local.

La entrada del delantero Iván Aguilar, que sustituía a un Pallarés que no olió balón, no facilitó las cosas para los de Salmerón. En los últimos minutos, el UCAM veía como se le escapaba el encuentro, dando la sensación de bajar los brazos cuando más daño hacía al Mérida. No obstante, como se suele decir, siempre hay una última ocasión: Jesús Rubio colgó hacia la frontal del área pequeña una falta lateral que Aguilar conectaba con su pie derecho. La estirada abajo de Raúl Moreno, portero visitante, fue estratosférica. El arquero salvaba los tres puntos para un Mérida que ejecutó a la perfección lo que mejor sabe hacer: defender, presionar y sorprender con velocidad.

De este modo, el UCAM encaja su primera derrota del curso y se posiciona en mitad de tabla con cuatro puntos en tres jornadas, y sin conocer la victoria en La Condomina.