El italiano Kristian Sbaragli, del equipo sudafricano Qhubeka, se impuso ayer al esprint en la décima etapa de la Vuelta a España, entre Valencia y Castellón, de 146,6 kilómetros, tras la que el holandés Tom Dumoulin (Giant) mantiene el maillot rojo de líder. Sbaragli batió prácticamente sobre la línea de meta al alemán John Degenkolb y al murciano José Joaquín Rojas. En la general, el holandés Dumoulin retuvo 'la roja' con 57 segundos de ventaja sobre el español Joaquim Rodríguez, y 59 respecto al colombiano Esteban Chaves.

La etapa señalada para el esprint estuvo marcada por una escapada de 40 corredores que en todo momento estuvo controlada. Además, volvieron a aflorar las caídas. Se fueron al suelo unos cuantos, entre ellos Roche, cuarto de la general, quien obligó a trabajar a todo el Sky para reintegrarse al grupo.

El ciezano José Joaquín Rojas, tercero en meta, lamentó no haber podido ganar en la etapa, señalando que «he estado cerca, pero he esprintado más con el corazón que con las fuerzas. Tenía piernas para haber ganado aquí y el otro día en Murcia, pero me falla la clavícula».

Por otro lado, la Vuelta tiene hoy su primera jornada de descanso con todo por decidir, con los siete primeros clasificados apretados en una diferencia inferior al minuto. El murciano Alejandro Valverde (Movistar) había sido el único de los favoritos que había salido del modo 'pausa' tras ganar la etapa de Vejer de la Frontera. Eso hasta hace dos días, porque en la Cumbre del Sol fue el británico Chris Froome el que salió de su letargo y lo intentó.

Sin embargo, tras el jefe del Sky volvió a emerger una de las revelaciones de esta Vuelta, Tom Dumoulin, y le arrebató el triunfo. El holandés, primero de la general, ha mutado de contrarrelojista a escalador en esta carrera, afirmando sentirse «en la mejor forma de su vida». Y es que la actuación del corredor del Giant ha supuesto una de las agradables sorpresas de esta Vuelta junto al colombiano del Orica Johan Esteban Chaves.

Muchos corredores, eso sí, continúan pagando las consecuencias de las caídas, que han mandado para casa a algunos de los mejores velocistas, entre ellos Peter Sagan. En este sentido, aún perdura el vértigo y el escalofrío del 'trompazo' masivo por las calles de Murcia que a punto estuvo de ser trágico, sobre todo para Kris Boeckmans, en estado de coma inducido. El belga quedó inmóvil tras golpearse contra un bordillo, en uno de los sobresaltos más grandes de la Vuelta en los últimos años. De hecho, el ciclista del Lotto continúa ingresado en la UCI de la Arrixaca.

Con todo esto a la espalda, el pelotón descansa hoy en Andorra atento a la jornada de mañana, con final en Cortals D'Encamp, que junto a la de Asturias, con subida a la Fuente del Chivo, marcarán la criba salvo eventualidades. Más tarde, espera la contrarreloj de Burgos, y si el británico Chris Froome llega a ese día con menos de dos minutos perdidos, será el rival a batir.