Miguel Ángel López Nicolás, de 27 años y natural de Llano de Brujas, culmina un año espectacular, catalogado por él mismo como «el mejor de mi carrera», después de proclamarse campeón de Europa en Murcia hace unos meses y rematar su gran temporada alzándose con el campeonato del Mundo en Pekín hace dos días. Pese a disfrutar del momento y sentirse eufórico desde el momento que cruzó la línea de meta, comienza a plantearse su próximo gran reto: la medalla olímpica, dentro de un año, en Río de Janeiro.

¿Cómo se encuentra? ¿Ha podido descansar después de la gran carrera del domingo?

Más tranquilo, pero todavía con la euforia de ayer y asimilando también todo lo que ha ocurrido que ha sido algo muy grande. Se trata sin duda de mi mayor éxito deportivo. La verdad es que fue una carrera muy difícil, muy dura. Estos primeros días, son los más intensos y ahora estoy asimilando y disfrutando a la vez.

Además, de que ya de por sí ser campeón del mundo tiene obviamente una gran trascendencia, también cabe destacar que se trata de una medalla de oro que en la disciplina de marcha sólo habían conseguido dos españoles, Massana y Bragado, hace ya 22 años, por tanto Miguel Ángel, ¿aún se refuerza más si cabe la importancia de esta medalla?

Para mí ha sido un orgullo y un lujo poder igualar a un gran campeón como Valentín Massana, él ha sido un gran referente. Justo cuando yo empecé a competir él se retiró y posteriormente he podido conocerlo personalmente y siempre me ha motivado. En este sentido, cabe recordar que además hace 16 años de la última medalla de oro para un español en un mundial de atletismo en todas las disciplinas, entonces la consiguió Abel Antón en Sevilla 99, ya han pasado muchos años, y por tanto, poder tener de nuevo un oro es muy importante para el atletismo español.

¿Hubo algún momento durante el transcurso de la carrera en qué pensó que se podía escapar la medalla de oro y por el contrario, el instante en que dijo, el oro es mío?

Cuando se rompió la carrera definitivamente en el kilómetro 14 ya me vi en posición de luchar por medalla. Antes de llegar al kilómetro 15 tiré yo y me dí cuenta de que el atleta chino se quedaba, y el ecuatoriano también.

Apreté un poco y alcance a Wang que iba primero, que iba justo de fuerzas, me fui aproximando poco a poco a el, ya sabía que iba a ser plata seguro, pero no me podía conformar con eso, ser campeón del mundo era algo único, tenía que aprovechar cuando ataqué a Wang, el atleta chino, respondió alguna vez, pero en la última vuelta ya no pudo más y me puse primero.

¿De quién se acordó en primer lugar cuando se proclamó campeón?

Cuando entras al estadio, ese momento es para ti, el transcurso del túnel con la gente, piensas en todo lo que has trabajado para llegar ahí, tu familia, las personas que están cerca y te han apoyado siempre. Procure disfrutar del momento de entrar al estadio, que es precioso.

Aunque aún queda un año para que se celebre, ¿se ve con la medalla de oro colgada al cuello en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro?

Ojalá pueda mantener la forma y estar bien física y psicológicamente. Tener un buen año que me haga llegar bien a los Juegos Olímpicos para luchar por la medalla. Es lo que busco y a por ello vamos, si fuera un oro ya sería impresionante, culminar una carrera estupenda en los 20 kilómetros marcha. Vamos con la máxima ilusión, espero que vaya todo bien.

¿Cómo compagina un campeón del mundo sus estudios en la UCAM?

Lógicamente no podemos llevar la misma vida académica que otros estudiantes, pero vamos sacando las asignaturas poco a poco. Lo bueno es que en la UCAM, a través de su programa para deportistas, siempre te facilitan compaginar el estudio con el deporte de élite y especialmente con la figura del tutor personal, que te ayuda a organizarte mejor el estudio. Están muy pendientes de nosotros, para que estemos contentos con nuestra actividad profesional y eso motiva mucho para poder también estudiar. Los estudios son muy importantes, es nuestro futuro, y por tanto, hay que sacarlos adelante.