Noventa minutos nunca han sido tan significativos. El Real Murcia no solo descubrió de primera mano la realidad del Grupo IV, que nada tiene que ver con el I, sino que además se empeñó en encadenar defectos hasta el punto de poner en bandeja la victoria a un Marbella que incluso hoy seguirá pensando que fue demasiado fácil para ser realidad.

Las caras nuevas en el once titular -ayer cinco- no paliaron los problemas que ya condenaron a los murcianistas en muchos partidos de la pasada campaña y que tiene que ver sobre todo con la falta de futbolistas determinantes en el centro del campo y capaces de poner criterio e inspiración. Pero es que a esa característica que parece imposible de solucionar se unió en esta nueva etapa unos fallos defensivos imperdonables para un aspirante al ascenso e impropios de un equipo entrenado por un técnico más preocupado en el equilibrio y la estabilidad atrás, lo que se volvió a ver con la titularidad de la pareja Armando-Guilló, que por el ataque.

Ni el murciano ni el ilicitano consiguieron conquistar el centro del campo para mandar un mensaje al rival, y sin guía en la zona clave Javi López, Chavero y Carlos Álvarez deambularon por el césped rezando para controlar alguno de los pelotazos enviados por los defensas. Solo Isi, el futbolista más en forma y más inspirado de los murcianistas, intentó acelerar buscando la meta de Jon Villanueva, pero esas pequeñas pinceladas apenas sirvieron para generar una llegada de peligro que acabó con un cabezazo de Javi López a las manos del portero.

Sin ningún fútbol por parte visitante, los locales comenzaron a dar pasos hacia adelante y, aprovechando los continuos errores y despistes defensivos del Real Murcia, a asustar a Fernando, que en el minuto 15 veía como Gerrit enviaba fuera un disparo inmejorable. Pero el gran regalo para los andaluces llegaría a la media hora de juego. Los fallos granas fueron cayendo como fichas de dominó. Pumar, ese futbolista que tiene el cartel de titularísimo colgado al cuello desde que aterrizase en Murcia, demostró su poca visión al dejar demasiado hueco en la banda izquierda para que los andaluces metieran el balón cómodamente al centro del área, donde Añón prácticamente sin oposición ante la mirada de Jaume Sobregrau.

El Marbella, peligroso

  • Era el minuto 30 y las cosas no mejoraron para los murcianistas con el paso de los minutos. De hecho, sobre el campo solo existía un equipo, el Marbella, que se convirtió en peligrosísimo cada vez que metía quinta y pillaba descubierta la zona defensiva de los murcianistas. Ni el doble pivote ideado por Aira, tal y como afirmaba posteriormente en rueda de prensa, pensando en el rival, una manía del técnico que sigue costando demasiados puntos al Real Murcia, permitía contener los tímidos intentos de los locales, más cómodos de lo esperado.

Pero para que todos los fallos no cayeran del lado grana, el central Edy decidió nivelar la partida con un mal despeje que permitió a Carlos Álvarez controlar el esférico y colocarse solo delante del meta Villanueva, hasta ese momento inédito. El asturiano definió a la perfección para poner el empate a un gol en el marcador y meter a su equipo en un partido que hasta ese momento se veía más bien negro.

Sin embargo las celebraciones duraron más bien poco. Concretamente dos minutos, el tiempo que tardó Gabi Ramos en poner de nuevo en ventaja al Marbella. En una falta escorada y más cercana al centro del campo que al área, los jugadores granas se confiaron tanto que dejaron que Gabi Ramos entrara como un rinoceronte en una cacharrería para rematar con toda su potencia un balón que también pilló a Fernando entre dos mares. Fue un auténtico jarro de agua fría para un Real Murcia débil y perdedor en cada batalla por el balón.

Aira se centra en lo importante

  • Con la entrada de Sergio García, que sustituyó a Guilló, y la gasolina que le quedaba a Isi, Aira dejó de pensar en el rival y se centro en lo importante, que no es otra cosa que el Real Murcia. Los granas, que además vieron como Chavero daba un paso atrás para intentar poner orden en un centro del campo sin capitán, empezaron a encerrar al Marbella, enseñándoles a los andaluces que enfrente tenían a once adversarios. En una de esas aproximaciones, el balón cayó a Sergio García, cuyo disparo sacó un defensa en la misma línea de gol.

De lo que podía haber sido el 2-2 se pasó al 3-1 definitivo. El Marbella volvía a aprovechar un contragolpe para lanzar a Fabiani, que encontró en Tomás Ruso a un auténtico amigo. El central falló por partida doble. Primero no despejó la pelota y a continuación se dejó ganar la partida por el delantero, que ya dentro del área y cuando prácticamente Fernando le tenía bien cubierto el espacio vio como el defensa murcianista, no conforme con su desacierto, le desequilibró con una falta que el colegiado señaló como penalti y expulsión.

Fernando adivinó el disparo pero no pudo hacer nada para evitar que el tercer tanto subiese al marcador. Como casi siempre, el Real Murcia, ya sin seguir las estrictas normas impuestas por su entrenador, se lanzó a la desesperada y disfrutó de buenos minutos, mostrándose como un equipo inexistente y peligroso. Carlos Álvarez tuvo otro mano a mano, aunque en esta ocasión se estrelló con el portero. Ya no había nada que hacer. El primer plato de la temporada salió a José Manuel Aira incomible.

"Debemos ser más contundentes, porque los tres goles eran evitables"

  • José Manuel Aira se lamentó de los errores cometidos por sus jugadores y que facilitaron el triunfo del Marbella en el primer partido liguero de esta temporada. El técnico murcianista, manteniendo un discurso que ya dio después de los últimos choques de la pretemporada, comentaba que «hemos pecado de falta de contundencia», añadiendo que «los goles han llegado en momentos puntuales y esos nos ha privado de sacar algo positivo de aquí». Para el entrenador grana los tres tantos encajados por los suyos eran «evitables»». «Podríamos haber hecho mucho más en todos ellos», decía, lamentándose porque «son situaciones que hemos trabajado, pero aún así hemos fallado».
  • Nada más concluir el choque, que significó un duro varapalo para los murcianistas y que amplía las dudas generadas en el tramo final de la pretemporada, José Manuel Aira insistía en que «debemos ser más contundentes y mantener una concentración mucho más alta». Para el preparador leonés la clave estuvo en encajar el 2-1 solo dos minutos después de que Carlos Álvarez hubiese conseguido establecer el empate. Además, Aira se quejaba por los errores de sus jugadores en la jugada que provocó que el Marbella volviese a ponerse por delante en el marcador. «Cuando hemos conseguido empatar nos han marcado en una jugada a balón parado que estaba muy lejos de nuestra área».
  • Para buscar algo positivo del choque de ayer, el técnico murcianista se quedaba con la imagen de su equipo en la segunda parte. «Me voy más satisfecho después de ver lo que hemos hecho en la segunda parte», aunque dejaba claro que «todavía nos queda mucho trabajo por delante».
  • A José Manuel Aira también le preguntaron por la elección de la pareja Armando-Sergi Guilló como pivote defensivo. Pese a las múltiples pruebas realizadas por el técnico a lo largo de la pretemporada, ayer sorprendía la titularidad del catalán. «He tomado esa decisión sobre todo por lo que nos iba a proponer el Marbella. Sabíamos que nos iba a ceder muchas jugadas y que iban a apostar por el fútbol vertical, por ello quería fortalecer el centro del campo con la presencia de Guilló», comentaba, una idea que no es extraña y es que la pasada campaña Aira ya demostró que, a diferencia de los entrenadores valientes, hace las alineaciones pensando en los rivales. Nada más concluir el partido, el Real Murcia se subió al autobús para regresar a casa. Hoy, los futbolistas tendrán un día de descanso, volviendo al trabajo el lunes. Para el miércoles José Manuel Aira ha programado un nuevo amistoso para dar minutos a los últimos jugadores en incorporarse. Será en San Pedro del Pinatar ante el Pinatar de Tercera División.

Un centenar de aficionados del Real Murcia no quisieron dejar solo al equipo grana en su estreno en la temporada 15-16, en la que al volver al Grupo IV favorece la presencia de seguidores en los campos. La ilusión por ver a los suyos acabó en decepción por la contundente derrota y sobre todo por la imagen dejada por los de Aira durante gran parte del encuentro.

Al suspenderse el desplazamiento organizado por la Federación de Peñas, los murcianistas prefirieron viajar en sus propios coches para poder quedarse a pasar el fin de semana en Málaga, donde estos días celebran sus fiestas.