Se marchó Kike, después de trece años en el club, y se estrenó levantando la Supercopa como capitán, ¿cómo lo vivió ?

Fue una situación nueva para mí, porque aunque tenía peso dentro del vestuario había que asumir una responsabilidad todavía mayor, que era la de llevar el brazalete. Lo afronté con mucha ilusión y creo estaba preparado para ello. Además, estaba en un buen momento, así que el inicio de la temporada fue maravilloso.

¿Cuándo se produjo la lesión?

Estaba ya tocado. Me molestaba, pero soy un jugador que siempre ha jugado con molestias y nunca le he dado importancia. Hasta que llegó un punto en el calentamiento del segundo partido de liga en el que ya no podía ni apoyar la pierna, entonces fue cuando supe que podía pasar algo. Fue muy largo todo. Al principio parecía una lesión sencilla, pero se fue complicando. Ha sido un año muy duro en cuanto a ese tema y espero poder olvidarlo.

Hace cinco años se rompió el ligamento cruzado de la rodilla, ¿qué lesión fue más dura?

Ésta, pero a años luz. La lesión del cruzado sabes que, si todo va bien, puedes jugar a partir de los seis meses como uno más, y en mi caso fue perfecto. Es todo más tranquilizador y lo ves con otras expectativas. En cambio, con esta lesión no teníamos fecha. Cada vez que nos marcábamos un plazo siempre había un contratiempo y ha sido una odisea por eso.

¿Cómo vivió no poder estar con el equipo en el año que es nombrado capitán?

Las lesiones siempre son malas. Me tocó en un tiempo que estaba muy bien y te duele más, pero lo que más me dolió fue llegar por las mañanas y no poder entrenar con mis compañeros. Ellos calentaban en la pista y yo me tenía que ir al gimnasio. Eso ha sido lo más duro con diferencia. Además de todo el aspecto psicológico, de no saber cuándo iba a jugar, e incluso, si volvería a jugar.

¿Se planteó la retirada?

Sí, muchas veces. Más que nada porque no sabía el fin de la lesión, ni cómo se iba a curar. Entre todos poníamos los medios, pero no llegábamos a detectarlo y se pasó por la cabeza retirarme más de un día. Pero soy una persona muy constante, muy trabajador y muy cabezota y eso me ha he hecho que no abandone junto al apoyo de mi familia, de los compañeros y, sobre todo, de Duda. Eso es lo que me ha hecho luchar para seguir un año más.

¿Tiene marcada una fecha para la retirada o prefiere ir día a día?

Siempre he pensado en aguantar hasta los 38-40 años, pero cuando te acercas al final no te puedes poner fechas. El año pasado tuve muchas dudas por la lesión, pero no por mi condición física, porque me encuentro muy bien. Sin embargo, si este año veo que la rodilla sigue mal y no puedo... pues así es la vida del deportista.

¿Le gustaría seguir en Murcia cuando se retire?

Siempre he dicho que me gustaría acabar mi carrera en Valencia, pero conforme pasan los años, mi casa se acerca a Murcia. Llevo seis años aquí, mi hijo es murciano, sus amigos son de Murcia, mi mujer está muy a gusto... Así que me voy decantando por hacer mi vida aquí en vez de en otro sitio. Además, me gustaría seguir en el fútbol sala y si es en ElPozo, mejor.

¿En las oficinas o en la pista?

Ahora he acabado el nivel dos de entrenador y quiero empezar este año con el nivel tres. Siempre me ha gustado intentar leer los partidos, ver cómo funciona el juego, entender el fútbol sala. Me gustaría prepararme para ser entrenador. He tenido a grandes de los que he aprendido mucho y con Duda sigo aprendiendo.

¿Cómo ha sido su primer año con el brazalete?

Con la experiencia vas viendo cómo actúan diferentes capitanes. He tenido a Javi Rodríguez, a Julio, a Fede, a Kike, y si te fijas en las cosas buenas que hacen ellos, se hace todo más fácil. El último referente ha sido Kike e intentas seguir los pasos que antes se han dado en el club. Me tocó dar ese paso por experiencia, pero dentro de este vestuario hay gente que está preparada para asumir galones.

¿Cómo fue no llegar a las finales de la Copa del Rey y la Copa de España?

Fueron los dos fallos más grandes de la temporada. La Copa de España y la Copa del Rey, porque juegas contra el Inter o el Barça y lógicamente una veces puedes ganar y otras veces puedes perder. Pero no puedes perder unas semifinales contra Marfil después de remontar en casa y todavía si la final se juega en la Región de Murcia. Con la Copa de España pasó lo mismo contra Jaén, sin desmerecer a ninguno de los dos rivales, pero nosotros somos mejor equipo.

En la final de Liga ante Inter llegó su momento tras ocho meses parado, ¿cómo lo vivió?

Fueron momentos que casi ni piensas. Fabio estaba tocado y nunca me podía imaginar que iba a decir que no podía más. Estaba preparado, evidentemente no estaba en las mejores condiciones bajo la portería porque no había jugado en ocho meses y había hecho pocos entrenamientos, pero intenté que la cabeza estuviera en su sitio y salió bien. Cuando pase el tiempo siempre diré que ese partido para mí fue un poquito especial.

Sin embargo, perdieron los dos partidos siguientes de la final en el Palacio?

Quizás no rendimos al nivel que exigía una final contra Inter. Está claro que Inter es un equipazo, pero nosotros no hicimos las cosas al cien por cien. No podíamos permitirnos perder dos partidos en casa después de ganar en Madrid y no salieron bien las cosas. Ellos lo hicieron bien y nosotros no estuvimos a la altura, aparte de que Ricardinho hizo una final increíble.

¿Este año toca ganar un título?

Tiene que ser el objetivo, no nos podemos marcar otro. Quien se conforme con ser subcampeón no merece esta camiseta, este club está hecho para ganar. Esperemos que cuando este año lleguen los momentos decisivos no haya lesiones, estemos todos con la cabeza tranquila y podamos conquistar los títulos que queremos.

¿Cuál es su objetivo este año?

Volver a disfrutar otra vez en la pista. Soy una persona que siempre vive los partidos y, a veces, veo a porteros muy tranquilos o sin mandar. Así no concibo el estatus de portero. Quiero volver a disfrutar esa sensación de estar metido. Está claro que es difícil porque ya no tengo veintitantos años, pero sí que Fabio y yo podemos compaginar la temporada muy bien, jugar partidos los dos y aportar lo máximo.