Dolores Herreros (Murcia, 24 de julio de 1967), Lola para sus amigos, se ha convertido en la segunda murciana en ascender un pico de más de siete mil metros de altitud, la primera que lo hace en solitario. Esta profesora murciana ha sido capaz de prepararse física y mentalmente, además de reunir el valor suficiente, como para coronar dos cumbres de más de 7.000 metros de altura. Obviamente, para Lola no se ha tratado de un camino de rosas: nieve, viento, frío y, en ocasiones, malas condiciones técnicas que se plantearon a lo largo de estos inescrutables senderos. Pero como sucede en estos casos, ante las adversidades y las situaciones más duras, los grandes se crecen.

Aficionada al deporte desde pequeña, su profesor de matemáticas del colegio fue quien la indujo a introducirse en el mundo del montañismo. Y para ella, no solamente el hecho de escalar es lo que engrandece esta motivación: ilusión por sobrepasar metas, aumentar sus conocimientos sobre el montañismo, compartir su experiencia, y sobre todo, disfrutar de los logros alcanzados junto a los más inexpertos alpinistas.

Quién diría que una profesora, tan común y corriente como ella se presenta, es capaz de afrontar esta serie de retos. Y aun con todo, si no fuera por sus obligaciones o por el hecho de cuidar como buena madre de su hija, seguiría alcanzando otros sueños y otras cotas más elevadas. Entre estas aspiraciones se plantea coronar un 8.000, como ya hizo otra murciana en 2011 -Lucía López ascendió el Cho Oyu, en la cordillera del Himalaya- o escalar el monte Cervino, de 4.478 metros, posiblemente la montaña más famosa de los Alpes suizos por su espectacular forma de pirámide.

El 4 de agosto, fecha en la que coronó el pico Lenin, se planteó la siguiente situación: los picos de gran altitud se sectorizan en distintos campos según la elevación. Viéndose en el segmento 3 del pico Lenin, Lola y sus compañeros tuvieron que permanecer en el refugio de dicho escalafón debido a las impredecibles condiciones meteorológicas que se presentaron ante ellos. No obstante, la propia Lola, acompañada de otra alpinista polaca, confió en su instinto aventurándose en el ascenso del monte ubicado en Tayikistán.

Alcanzando el sector 4 de la montaña, recibió un aviso ante el mal tiempo que se avecinaba. Su compañera, Magda, decidió volver al refugio del sector 3, pero Lola, en lugar de empequeñecerse, se sobrepuso a la adversidad para coronar en solitario el pico Lenin. Esta vez, su instinto no le falló: las condiciones fueron adversas (imaginables a más de 7.000 metros de altura), y a pesar de encontrarse solitaria durante este ascenso, cumplió con su objetivo. Coronó el pico Lenin, sacó su teléfono móvil, y se hizo un 'selfie' con el busto del político ruso que aguarda en la cumbre de esta montaña. No obstante, el mal clima se recrudeció conforme afrontaba el descenso. Por suerte, la nieve y el viento envainaron con fuerza cuando Lola prácticamente alcanzaba el refugio del sector 3. Objetivo cumplido.

Su segundo gran reto

Junto a siete personas más y acompañada de un guía, Lola también coronó hace un tiempo los 7.546 metros del Muztagh Ata, cumbre ubicada en China. A pesar de la dureza que conlleva un ascenso así, las condiciones técnicas fueron muy favorables al poder realizar esta expedición junto a distintos profesionales, aunque las climatológicas, como de costumbre, fueron adversas.

Esta ascensión marcó un antes y un después en las aspiraciones de Lola, que continuará afrontando retos mientras pueda. Ahora quiere llegar aún más alto.