El UCAM Murcia deja prácticamente finiquitada su pretemporada tras el sexto amistoso disputado ayer en Pinatar Arena. Probablemente este sea el hecho más destacable del partido ante el Hércules, y es que a falta del encuentro del próximo viernes ante el Eldense, el equipo murciano avista el comienzo liguero un poquito más cerca.

En cuanto al partido, pocas pruebas efectuó el entrenador universitario, José María Salmerón, que dispuso un once con el que probablemente arranque la liga.

El UCAM empezó el encuentro tal y como acostumbra, gozando de la posesión de balón, intimidando en los minutos iniciales con una presión basculante según la zona del campo, y combinando de forma rápida pero efectiva para llegar con peligro al área rival. Pero esta fórmula duró exactamente veinte minutos, los de mejor nivel ofensivo mostrados por el cuadro universitario durante todo el encuentro.

Las mejores ocasiones: una de Bello, que tras interceptar un pase en el medio campo, emprendió una carrera de 25 metros para plantarse ante el guardameta Chema y fallar su disparo; y otra de Góngora, el mejor del encuentro, que dispuso de una buena oportunidad a balón parado, lanzando con efecto y haciendo gala de su exquisito golpeo. El disparo salió desviado por poco a la derecha de la portería.

En cuanto al Hércules, se estiró tras estos primeros envites del UCAM, gozando de mayor presencia en posesión de balón y enarbolando alguna jugada por banda, en especial gracias al extremo diestro Nieto, incisivo durante la primera mitad. La oportunidad más clara para los alicantinos fue un remate de cabeza efectuado por Juanma Espinosa, al que le cayó el balón tras un rechace en el área.

Y ahí acabó la inquietud para Escalona, portero de UCAM Murcia, ya que el Hércules no volvió a lanzar entre los tres palos. Parecía animarse el conjunto herculano tras esta fase de dominio, y aunque dispuso de algunos acercamientos más, en ningún momento puso en verdadero peligro la imbatibilidad de la portería del UCAM en esta pretemporada, que encadena un total de 540 minutos (los seis partidos disputados) sin encajar gol.

Tras el descanso, lo más destacado fue la expulsión por doble amarilla del central herculano Yeray, siendo la segunda muy rigurosa, ya que soltó el brazo en una disputa por un balón aéreo con Jesús Rubio. En cuanto al fútbol mostrado, soporífero, insulso y sin ocasiones de peligro, salvo un potente disparo desde unos 20 metros efectuado por Góngora que rechazó Chema.

El UCAM concluyó el partido con una leve mejoría en su juego, pero con pocas conclusiones por valorar: sigue sin conocer la derrota y sigue sin recibir goles, pero también sigue sin marcarlos.