En pleno mes de agosto, cuando más de la mitad de los habitantes de la Región se encuentran de vacaciones, más de 2.000 aficionados acudieron ayer a las instalaciones de Pinatar Arena para presenciar un partido de fútbol de carácter amistoso. Pero el cartel del mismo invitaba a ello. Real Murcia y Fútbol Club Cartagena, los dos equipos de las ciudades más representativas de la Comunidad, se veían las caras después de cuatro años sin hacerlo. Tiempo más que suficiente para que ambas hinchadas tuvieran ganas de reencontrarse con su eterno rival y acudir a la cita más atractiva del verano, en materia futbolística. Porque aunque en el fondo lo de ayer se trató de un encuentro de preparación más, propio de estas fechas, lo cierto es que tanto el ambiente en las gradas como la actitud mostrada por ambos equipos se acercó bastante a lo que suele verse en competición oficial. Fue, sin duda, un aperitivo de lo que vendrá después -en apenas dos semanas, cuando arranque lo serio­ y cada victoria valga tres puntos-, pero que sirvió en cualquier caso para comprobar que la rivalidad futbolística entre el Murcia y el Cartagena sigue tan latente como siempre. Rivalidad que por suerte solo se pudo ver sobre el césped y que no se trasladó a las gradas.

Los entrenadores de ambos equipos se habían encargado a lo largo de toda la semana de hacer un llamamiento a la calma para las dos aficiones. Y lo cierto es que tanto una hinchada como otra se comportaron a lo largo de los 90 minutos con una actitud sobresaliente y no hubo que destacar ningún incidente. Además, la organización de Pinatar Arena decidió colocar a cada una de las dos aficiones en gradas diferentes, por lo que ni siquiera llegaron a estar conectadas en el recinto.

Al margen del juego, la segunda mitad del encuentro estuvo marcada por el fuerte viento. En un enclave situado a orillas del Mar Menor, el aire sopló con fuerza, lo que propició que el juego se viera deslucido hasta el final del duelo. Eso provocó que se viera un fútbol muy directo, pero nadie se movió de sus asientos porque había interés en conocer qué equipo se llevaría esta primera edición de Trofeo La 7 Televisión.

Al final fue el Cartagena el que se llevó el gato al agua en un encuentro que no decepcionó a nadie. Lo de menos fue el resultado porque, tal y como declararon los técnicos al final del duelo, lo importante es seguir rodando la maquinaria y ofrecer minutos a sus jugadores. Fue un amistoso más, pero con un punto de intensidad que no suelen tener este tipo de partidos. Y es que, al fin y al cabo, cuando se ven las caras estos dos equipos la rivalidad no entiende de amistosos.