Hablar de fútbol y cantera en Cartagena es tema baladí, al menos desde la última década. Diferentes coordinadores del municipio aseguran que el nivel de las bases es muy competitivo, pero achacan el problema a la escasez de recursos y, sobre todo, a la falta de un modelo sostenible, a corto plazo, del primer equipo: el FC Cartagena. Los jóvenes de 18 años, ante la imposibilidad de llegar al conjunto albinegro, pierden la ilusión y exilian en busca de oportunidades lejos.

El pasado verano, recién conquistado al ascenso a Primera con el Córdoba, el cartagenero Arturo Rodríguez declaraba en una entrevista concedida a LA OPINIÓN que «el FC Cartagena tiene que darse cuenta de que hay jugadores muy válidos en los que se puede confiar, y a partir de la confianza pueden dar resultados». Al igual que Hicham o Álvaro Muñiz, Pérez-Reverte probó suerte en otros equipos tras realizar la pretemporada en 2009 a las órdenes de Juan Ignacio Martínez.

Aquella hornada de futbolistas se cocinó en el FC Cartagena-La Unión, el filial de Tercera que vivió dos años, de 2009 a 2011, hasta Paco Gómez entendió «que el coste de la cantera era mucho porque la rentabilidad no era a corto plazo. No iba con él y de un plumazo se lo cargó. Un poco surrealista. Nadie entendía ese giro repentino cuando ya estaba en marcha el tercer año», explica Paco Sánchez, nombrado por el director general, Paco López, para liderar el proyecto. «El organigrama estaba compuesto por 24 personas, y en apenas dos meses llegamos a un acuerdo con diez clubes, realizamos pruebas de captación y creamos un equipo en Tercera, además del juvenil y el cadete», añade.

Entiende Paco Sánchez que el problema de raíz del cuadro albinegro reside en el modelo, centrado en traer jugadores de fuera. «Ningún dirigente ha apostado por la cantera, tan sólo alguna fidelidad con pequeño interés». La clave, indica, era aprovechar los años del club en Segunda, momento idóneo para propulsar el fútbol base. «El club creció deportivamente [rondó los puestos de ascenso a Primera en la temporada 2009/10], pero no estructuralmente. Cuando estás abajo, en Segunda B, ya te das cuenta de lo necesario que es tener cantera».

El resto de equipos de la ciudad también anhelan una oportunidad. La precariedad y las limitaciones impiden progresar, pues mantienen sus campos de tierra y cada año sacan menos categorías. Es el caso de la Asociación Deportiva Barrio Peral, con tan sólo tres equipos federados: infantil, cadete y el juvenil de Segunda, el de mayor nivel. «El FC Cartagena ha contado con nosotros para asistir a sus partidos, pero nunca en la posible relación o colaboración deportiva. Es una pena que la cantera no sea la base del club. Ésta, a su vez, tendría que ser fomentada con subvenciones, de modo que a los 18 años los chicos puedan seguir formándose», dice Pedro Zamora, coordinador de la modesta entidad.

Él es testigo de la impotencia que supone ver a jóvenes que despuntan y no poder ofrecerles mejor formación, puesto que crear un equipo con futbolistas mayores de edad supone un coste inalcanzable para ellos. «Aquí hay bases desde los 4 hasta los 18 años. El problema es que después esos chicos no tienen dónde ir y muchos, aunque despunten, tienen que dejar el fútbol». Desilusionados, saben que nunca llegarán a jugar en el municipal Cartagonova; frustrados, abandonan el deporte o, con suerte, mantienen la esperanza de encontrar un hueco en Preferente. Son anónimos y no pierden nada por tratar de alcanzar el sueño de la profesionalidad fuera. «Hay gente muy válida que perfectamente podría competir en Segunda B, que ni mucho menos es Primera», apunta el coordinador.

La mala fama

Sin duda en el Cartagena Efesé es donde el conjunto de Segunda B se ha ganado la mala fama: al menos durante nueve años, en tres etapas diferentes, los del polígono industrial fueron el filial del FC Cartagena, al que abastecieron con jóvenes promesas como Héctor Yuste o Sergio Jiménez. Es probablemente la ciudad deportiva Gómez Meseguer una de las mayores escuelas de la Región, con cerca de 300 futbolistas federados, y que cuenta con un equipo en Preferente y un juvenil en División de Honor. El complejo vive de la formación y el tráfico de promesas a grandes clubes de España, como el Valencia o el Villarreal. Un criadero sin ataduras que reluce a los jugadores antes de dejarlos ir.

«Aquí se deja salir a los chicos que despuntan porque no se les puede ofrecer más. Nosotros vivimos de la formación», declara Leo Gómez, exfutbolista y técnico del complejo. Él reconoce que el mal endémico del FC Cartagena han sido sus dirigentes, obcecados en ascender por la vía rápida. «Cualquier proyecto que empieza sin base es un error; el del Cartagena es llegar a Segunda sin respaldo ni solidez. Actualmente ellos tienen dos opciones: que aparezcan los cinco millones de deuda o empezar desde cero en Preferente. Nosotros tenemos bases; ellos, masa social».

Al ser preguntado por la relación entre ambas entidades, Leo Gómez responde que «en 2014 se rompió el acuerdo de filialidad», firmado ese mismo verano con el CD El Algar, y que el dinero que se les debe, 113.000 euros, «es una cantidad simbólica. Si el FC Cartagena desaparece no va a ser culpa de Gómez Meseguer», manifiesta antes de añadir que «Paco Gómez se cargó el filial de La Unión porque se dio cuenta lo que vale una cantera».

En El Algar tampoco quieren saber nada del cuadro albinegro, su filial hasta el 30 de junio. «A nosotros ya no nos interesa seguir siéndolo. Esa relación no se puede llevar. Ni nos han ayudado ni prestado atención», confiesa el coordinador de la entidad, Cuco. Allí llegó el pasado verano Florentino Manzano para cerrar un acuerdo de colaboración con el equipo algareño. «El convenio caduca este mes y en su día acordamos que económicamente no recibiríamos nada».

Cuco asegura que Sporto Gol Man prometió «publicidad en el campo y varios fichajes. En cambio, se llevaron a Titi a Gibraltar y otros como Segura, Comino o Santisteban pasaron al primer equipo. De hecho de no ser por ellos no podían haber completado las convocatorias. Además, Javier Marco nos engañó al decir que había hecho una transferencia. Era mentira. Ni siquiera se hicieron cargo de las fichas de Diego Ruiz y Pani».

«El FC Cartagena no hace ni puñetero caso a la cantera, así que los jóvenes buscan su futuro fuera. En el Villarreal, por ejemplo, hay un chico de Torre Pacheco, y en el Valencia otros dos», comenta el coordinador, quien tiene claro qué necesita Cartagena. «Lo necesario es una persona sensata que fomente la cantera y dé confianza a los jóvenes, también fomentar la ilusión y disponer de un mínimo de estructuras. En lugar de irse fuera, lo ideal sería que todos los equipos giremos en torno al FC Cartagena».