Faltan apenas tres semanas para que se configuren los cuatro grupos de Segunda División B entre las primeras propuestas y las definitivas y, salvo que se produzca alguna decisión 'extraña' por parte de la Federación Española, todo parece indicar que serán cinco equipos murcianos los que podrían militar en el grupo IV, a pesar de que hay antecedentes que mantienen esta decisión en cuarentena.

De ser así, además del atractivo principal de que Real Murcia y FC Cartagena vuelvan a verse las caras en unos partidos de máxima rivalidad que los últimos años han sido espectaculares, en la categoría de bronce también van a estar un UCAM que se ha quedado cerca de colarse en Segunda; La Hoya Lorca, después de pasar apuros y llegar a verse casi en Tercera antes de comenzar la segunda vuelta; y un Jumilla que ha sido la gran sorpresa confirmando con su salto de categoría que no ha sido casualidad la temporada que ha cuajado en el grupo XIII de Tercera División. Y además del regreso de los derbis entre granas y albinegros, la posibilidad de que todos acaben en el mismo grupo también generaría un buen puñado más de derbis regionales, ya que la presencia del UCAM, de La Hoya Lorca y del Jumilla volverá la Región más futbolera que nunca.

Así las cosas y dando por hecho que deudas económicas arrastran todos los clubes de fútbol, a excepción de los lorquinos no hay ningún motivo para pensar que ninguno de los otros cuatro no vaya a competir en Segunda División B.

Y es que La Hoya no tiene ahora mismo la certeza total de salir a competir, puesto que en las últimas semanas sus dirigentes están enviando mensajes a través de los medios de comunicación 'amenazando' con que están barajando la opción de renunciar a la plaza si no consiguen mayor apoyo económico que el que tienen ahora mismo. Parece ser, y en la Federación Murciana conocen el tema a la perfección, que no sería un disparate la posibilidad de llevarse el equipo a Totana.

Por lo tanto, si ninguno de los otros clubes ha planteado problemas, Real Murcia, FC Cartagena, UCAM y Jumilla sí han confirmado su presencia y disposición para armar un proyecto en la categoría de bronce del fútbol español. El último en hacerlo ha sido el Cartagena, ya que el empresario Paco Belmonte anunció el sábado que ya era propietario del club tras comprar las acciones a la polémica empresa Sporto Gol Man. Belmonte es un tipo inteligente que, a pesar de que su experiencia como director deportivo en el Leganés no fue la soñada, ha tenido buenos maestros para aprender a escribir la letra pequeña de los contratos.

Los consejos obtenidos, por ejemplo, en un prestigioso despacho de Cabezo de Torres pueden serle muy útiles a la entidad albinegra. Ahora bien, sobre el empresario murciano también hay una parte oscura. Su primera intención de querer liquidar el actual club para crear otro nuevo que partiera desde cero, y sin deudas, ha generado cierto escepticismo entre una parte de la afición que, a pesar de la ilusión del nuevo proyecto, opina que en esta operación puede haber gato encerrado.

Otro caso diferente es el del Real Murcia, club que parte como gran favorito, aunque no tendrá una diferencia abismal respecto al presupuesto del resto de los conjuntos de la Región. Todavía sin muchos detalles, la entidad grana sí ha anunciado que sale a competir otro curso en Segunda B y que su presupuesto general rondará los dos millones de euros, englobando no solo la plantilla, ya que en esta suma entran todos los gastos del club más profesionalizado de la Región por su compleja estructura.

Sobre el UCAM tampoco hay ninguna duda, porque la buena temporada de los jugadores de Eloy Jiménez, que han llegado a la segunda ronda de la fase de ascenso, obliga a la entidad universitaria a volver a probar fortuna, aunque en este caso ya se conoce que se va a prescindir del entrenador que ha estado a un paso de meter al equipo en el fútbol profesional en su primera temporada en el banquillo.

Este año los universitarios, manejando según palabras de sus propios directivos un plantilla con un coste aproximado de un millón de euros, una cifra que no es ni escandalosa ni tampoco de las más bajas, han firmado un curso notable y están casi obligados a afrontar el reto de volver a repetir una buena temporada. Los de Jiménez, tras eliminar al Irún, cayeron ante el filial del Athletic de Bilbao, un equipo que tras superar el sábado por 2-0 al Cádiz ya tiene pie y medio en Segunda. Han sido, en definitiva, los que más lejos han llegado.

Por último están los representantes del noroeste. El recién ascendido Jumilla también ha zanjado el tema sobre una posible venta de su plaza asegurando que se está trabajando, dentro de las posibilidades del que será sin duda el más humilde de los murcianos, para probar suerte en Segunda B. Los jumillanos serán uno de los clubes más modestos en el apartado económico y el presupuesto será difícilmente superior a los 300.000 euros. Si el primer objetivo de todos los equipos de la tierra será primero salvarse y después cada uno marcarse sus propias metas, los jumillanos ya tienen suficiente trabajo por delante con el reto de mantenerse en la categoría.