José Luis Acciari lleva ya varios veranos viviendo la misma historia. Se ha convertido ya en habitual que los entrenadores no le incluyan en sus planes iniciales y que a su alrededor se hable demasiado de la retirada. Pero el argentino, seguro de sí mismo y de su pasión por el fútbol, demuestra curso tras curso que una cosa es lo que dice su DNI y otra muy distinta lo que es capaz de ofrecer en el terreno de juego. Esta campaña en Segunda División B lo ha vuelto a demostrar.

A sus treinta y seis años, el centrocampista se ha convertido en una pieza indiscutible en la clasificación del Real Murcia para el play off. No solo ha puesto la fortaleza en el centro del campo sino que además, con sus ocho goles, se ha coronado como el máximo goleador de la plantilla.

Ahora, una vez cerrada la temporada, la continuidad de Acciari vuelve a ser puesta en entredicho. El argentino acaba contrato el 30 de junio y, según los comentarios que se deslizaron tras la visita de Jesús Samper a Nueva Condomina para tomar nota antes de dar los primeros pasos para el nuevo proyecto, todo parecía indicar que el centrocampista colgaría las botas para pasará a formar parte de la estructura deportiva del club murcianista.

Sin embargo, el propio futbolista no tiene nada claro que haya llegado el momento de su retirada. Ayer, en declaraciones al programa Onda Deportiva de Onda Cero, explicaba que «aún no he tomado una decisión», para añadir que «es algo que quiero decidir con tranquilidad, todavía hay tiempo y la próxima semana aún tengo conversaciones pendientes con el club».

Aunque todo parecía indicar que era el propio jugador el que había pensado cambiar el césped por los despachos, en esa misma entrevista, Acciari señalaba que si ahora mismo está en duda su continuidad en el equipo es porque José Manuel Aira le ha comunicado que no entraría en sus planes en el caso de que Jesús Samper le confíe de nuevo el banquillo murcianista.

«El entrenador me ha dicho que si él sigue entrenando al Real Murcia, prefiere otro tipo de jugador», desvelaba el argentino en la misma entrevista. Pero esas palabras del técnico murcianista, que parece estar tomando decisiones sin ni siquiera saber si el presidente murcianista le confiará el nuevo proyecto, no preocupan al veterano centrocampista.

«En las dos o tres últimas temporadas tampoco he sido del agrado de los entrenadores, y al final con mi competencia y con mis ganas siempre luché por un puesto», indicaba. Incluso se atrevía a mandar un mensaje a los que dudan de su capacidad para seguir rindiendo al señalar que «a nivel personal estoy muy contento con el trabajo que he realizado en la última temporada. Humildemente creo que he sido uno de los mejores del equipo».

Unas palabras que se ven refrendadas por sus números. Indiscutible en el centro del campo, donde las pocas veces que no jugó se demostró que ninguno de los fichajes de Aira era capaz de estar a su altura, se convirtió además en el salvador de muchos encuentros gracias a su aportación goleadora. En total ha anotado ocho goles, siendo finalmente el 'pichichi' de la plantilla murcianista.

Ahora, después del «duro golpe» de la eliminación del play off, el futbolista solo piensa en estar con su familia y en tomar «una decisión de cara al futuro».

Por un lado puede colgar las botas y continuar en la estructura deportiva del Real Murcia, un puesto que ya le ha ofrecido Jesús Samper, o por otro puede alargar una campaña más su trayectoria para seguir vistiendo la elástica grana (sería su novena temporada en el club). De decantarse por esta última opción, la decisión del argentino, capitán murcianista y uno de los ídolo de la afición, estará casi con total seguridad por encima de la opinión de cualquier entrenador, y es que el presidente del club grana es uno de los grandes valedores del futbolista.

Ya lo demostró en el verano de 2012 cuando le recuperó para la plantilla pese a que José Luis Molina, director deportivo en aquella época, no estaba de acuerdo con el fichaje. Esa confianza es mutua, ya que Acciari, a base de trabajo y de competitividad, siempre ha acabado ganándose el respeto de todos los entrenadores.

Con Julio Velázquez jugó 29 partidos, 23 de ellos como titular, mientras que una campaña antes participó en 27 encuentros, siendo uno de los más implicados en la consecución de la permanencia en Segunda División.