Diego Ocampo, entrenador del UCAM Murcia, no quiso lanzar las campanas al vuelo pese al histórico triunfo en Vitoria y prefirió mantener el discurso cauto que ha venido ofreciendo a lo largo de la temporada y huir de cualquier tipo de euforia, en referencia a la posibilidad de acabar entre los ocho primeros y así poder disputar el play off por el título de Liga. «Siempre que pensamos en play off la cagamos», señaló con rotundidad el preparador murciano, quien añadió que el equipo «solo piensa en disfrutar esta victoria y preparar el partido de San Sebastián la semana que viene».

Al UCAM le quedan por disputar dos encuentros en el Palacio de los Deportes -el próximo ante Guipuzkoa Basket, y frente a Iberostar Tenerife en la última jornada- y solo uno fuera de casa -FIATC Joventut-. Tres partidos que decidirán si el equipo universitarios, que en estos momentos está a una victoria del play off, será capaz de conseguir este hito histórico.

En cualquier caso, Ocampo se centró en el triunfo de ayer ante el Laboral Kutxa y reconoció que se trató de una victoria «especial» para el club. «Es muy especial para nosotros ganar en este tipo de canchas. Creo que este tipo de victorias son un paso más para el crecimiento del equipo y el club».

Este duelo volvió a ratificar la imprevisibilidad de un conjunto como el UCAM que tiene en la «juventud y emociones» de los jugadores los aspectos que le llevan a «estar arriba o abajo dentro de un mismo partido», concretó Diego Ocampo

En su análisis del partido ha considerado que la clave ha pasado por su salida explosiva en los primeros diez minutos. «La salida del primera cuarto ha marcado el devenir con un 13-27», reconoció.

Por su parte el técnico del Laboral Kutxa, Ibon Navarro, apuntó que el primer cuarto de su equipo ha sido «uno de los peores diez minutos jugados en nuestra casa», admitió. «El partido ha estado marcado por el inicio en nuestro primer cuarto con un nivel muy pobre en energía en general tanto en ataque como en defensa», analizó el gallego, que reconoció que el arranque del partido de sus pupilos fue «sin agresividad y manos blandas» por los numerosos balones perdidos.