Hay personas que están tan acostumbradas a sufrir que cuando llegan los buenos momentos no son capaces de disfrutar, siempre tienen en su mente un runrún que les hace presagiar que algo va a salir mal. A falta de diagnóstico especializado, esos mismos síntomas, que Google define como TOC (Transtorno obsesivo-compulsivo), afectan al Real Murcia cada semana, como si los males que aquejaron a la institución en agosto siguiesen atormentando a unos futbolistas que ni con 2-0 en el marcador, y con toda la superioridad del mundo, son capaces de sonreír y de disfrutar.

Este domingo, todo hacía indicar que el conjunto grana podía redondear su mejor tarde. Las condiciones eran las mejores para regalar una gran victoria a una grada que cada jornada parece más vacía. Por un lado estaba la racha, dos victorias consecutivas después de tres meses, y por otro las sensaciones, el equipo volvía a funcionar como las cadenas de montaje de las grandes fábricas de coches. También ayudaba que enfrente estaba el colista de la categoría. Pero nada de eso fue suficiente para que la afición pasase de la relajación y la tranquilidad a los nervios y el sufrimiento en apenas un suspiro.

El primer pellizco de monja lo recibimos nada más colocarse los futbolistas sobre el terreno de juego. José Manuel Aira, empeñado en inventar hasta cuando no hay que inventar, apostaba por el mismo esquema, aunque moviendo las piezas. Al no estar Jairo, sancionado, Rubén Sánchez cogía el carril de la derecha, mientras que Javi Flores, que en las dos últimas jornadas había sido clave en la media punta, donde demostró que además de buen bailarín tiene salero, regresaba a la banda izquierda. Arturo, que volvía a la titularidad para recuperar su sitio por delante de Acciari y Armando, era el beneficiado. Mejor, no buscar comparaciones entre lo mostrado por el cordobés en los últimos dos triunfos y lo ofrecido por el murciano. Cosas de la edad y de las etapas de crecimiento por las que todos tenemos que pasar.

Pero el dolor no llegó inmediatamente. No había transcurrido un minuto y Rubén Sánchez, a pase de Flores, ya había tenido la primera. A los tres minutos, Arturo probaba a Ponzo desde lejos. En el 17, entre Oliva y Flores el balón se marcha rozando el poste. Sin grandes alardes en el centro del campo y con un fútbol rudimentario, el Real Murcia, que a poco que presionaba ya tenía el balón en sus piernas, superaba a un Marino que solo quería aguantar el mayor número de minutos sin sacar el balón de la red. Hubo tiempo incluso a que el asistente anulase dos goles por fuera de juego, el primero a Arturo y el segundo a Acciari.

Esas dos jugadas para la polémica hicieron incluso que los fantasmas empezasen a posarse sobre los hombros de algunos jugadores y a afectar a las ideas de los murcianistas. El Marino cada minuto que pasaba daba un paso más atrás y el Real Murcia se partía en dos, siendo incapaz de sacar el balón jugado. Con Armando desaparecido de la línea importante, Acciari, en la mayoría de ocasiones, aunque también Prieto y Sobregrau, se veían obligados a patear el balón a la vez que rezaban para que el esférico cayese junto a alguno de los que vestían de grana, lo que, teniendo en cuenta el viento, no era fácil en la mayoría de los casos.

Esa incapacidad para combinar llevaba a Javi Flores a bajar al centro del campo para convertirse en un balón de oxígeno en las ayudas. Su calidad en la circulación también ayudaba, aunque en muchos casos su soledad implicaba una pérdida y la vuelta a empezar, porque los futbolistas del Marino no pisaron ni una vez el área defendida por Iván Crespo. De hecho, uno de sus córner llegaba más por desacierto de Prieto que por acierto de los visitantes.

Lo extraño del partido se vio también en el primer gol del equipo grana. Podríamos decir que Javi Flores se quitó la chistera y en vez de encontrar un conejo sacó un disparo con la rosca perfecta para colarse en la red de la meta asturiana, aunque nadie podrá descartar que el cordobés fue a centrar y se encontró con un premio mucho mayor.

Quedaban cinco minutos para el final de la primera parte y toda una segunda, lo que llevó a muchos aficionados a frotarse las manos y a pensar que el Marino no saldría vivo. A ello contribuían las ganas del propio Flores, las arrancadas de Rubén Sánchez, al que solo las florituras le pierden muchas veces, y las cosillas que nos está descubriendo el marginado Víctor Ruiz (¿por qué Aira nos lo ha escondido hasta ahora?).

El lateral, que volvió a dejar al indiscutible Pumar en el banquillo, fue uno de los más activos en la segunda parte. Encargado de las acciones a balón parado llevó muchísimo peligro a las inmediaciones del área defendida por Ponzo, e incluso protagonizó otra de las acciones polémicas de la tarde, un gol fantasma que el colegiado no vio (58´). Anteriormente, Oliva y Prieto no llegaron a un pase de la muerte puesto por Sobregrau. Carrillo, que regresaba después de cuatro jornadas sancionado, y Armando tampoco pudieron ampliar ventajas, dejando la incógnita hasta el final.

Cuando el acierto falla, por ahí siempre aparece José Luis Acciari. El argentino, como hiciese hace dos semanas ante el Racing de Ferrol, sigue empeñado en conseguir tantos imposibles. En otro córner lanzado por Víctor Ruiz, Prieto peinó hacia atrás llegando el esférico al gran capitán, que, olvidándose del ´centenar´ de piernas y brazos que convertían el área en un terreno lleno de minas y sin saber muy bien cómo, encontró el hueco y llevó la alegría a las gradas.

Fue la recompensa a los mejores minutos del Murcia, instantes que coincidieron con la vuelta del rey de la fiesta al centro de la pista. Y es que la salida de Carrillo en el 63 llevaba a Javi Flores a la media punta, de donde no tendría que volver a salir.

Sin embargo, de un movimiento ganador pasamos rápidamente a un movimiento perdedor. José Manuel Aira no tuvo mejor idea en ese momento que retirar a Acciari. Si lo hizo para que el argentino se llevase la ovación de la tarde, debería saber que ya habrá tiempo para homenajes el día que cuelgue las botas.

Los quince minutos siguientes se hicieron muy largos. Excesivamente largos. Javi Saura y Armando no fueron capaces en ningún instante de ganar el centro del campo, y Espolita, Omar, Abraham y Baba, que posiblemente hoy no tendrán jornada de descanso al compaginar el fútbol con sus verdaderas profesiones, llevaron los nervios a la grada. Iván Crespo, inédito hasta el minuto 74, respondía bien ante un potente disparo de Guaya. Fue el aviso de lo que llegaría después. Omar acortaba distancias en el 77, y Espolita tuvo la oportunidad de dar la estocada a los granas en el tiempo de descuento, pero su disparo se marchó pegado al palo.

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Los aficionados del Real Murcia tendrán que esperar como mínimo siete días para ver en acción al delantero Carlos Álvarez, fichaje invernal del conjunto murcianista. Sin embargo, el asturiano ya pisó ayer el césped de Nueva Condomina. Lo hizo antes del partido que su nuevo equipo disputó con el Marino de Luanco. Junto a Xavi Marques, de nuevo descartado por José Manuel Aira, y a Jairo, quien no estuvo en la convocatoria por sanción, Álvarez se ejercitó a las órdenes del preparador físico murcianista, no perdiendo así ni un segundo para integrarse a la disciplina de la centenaria entidad. El atacante firmaba su compromiso el pasado viernes y en la tarde del sábado pasaba el reconocimiento médico. Será esta semana cuando ya se ponga a las órdenes de Aira, su principal valedor, y es que la insistencia para que Jesús Samper le permitiese fichar refleja que el técnico de Ponferrada no está conforme con el trabajo que vienen realizando Carrillo y Gerard Oliva, sus dos referentes ofensivos hasta el momento.

Carlos Álvarez, que ha aceptado la oferta del Real Murcia después de no contar para el entrenador en el Leganés, debutará con toda seguridad el próximo domingo (12.00 horas/La 7) ante el Lealtad. Lo que no se sabe es si lo hará como titular o si Aira preferirá esperar para confirmar sus preferencias por el asturiano.

Esta mañana, el jugador será presentado en Nueva Condomina y dirá sus primeras palabras como murcianista. Álvarez se comprometido con el Real Murcia por lo que resta de esta temporada y una más.