Inicio fulgurante del cuadro albinegro, que a los 20 de juego ya ganada por 2-0. El portero del Granada B, Dimitrievski, se erigió como protagonista de la primera parte al cometer varios errores que le costaron caro a su equipo. Primero salió en falso en la acción del 1-0 y propinó un golpe a Sebastián antes de que el uruguayo rematara a la red. El ariete, más tarde, tuvo que abandonar el terreno juego con una doble fractura en la mandíbula. Se desconoce el tiempo de baja, pero todo hace indicar que terminó la temporada para él.

No pasaron 60 segundos cuando una acción de Gato por la derecha generaba el segundo para los de Palomeque. De nuevo el arquero visitante hace una mala lectura de la jugada, deja al descubierto su palo y Gato, tan pícaro como de costumbre, dispara hacia esa zona. No obstante, el portero de Macedonia, cedido por el Udinese italiano, salvó milagrosamente bajo palos y dejó la pelota suelta en el área, a placer de Chus Hevia. Lo del asturiano fue salir y meter el gol. Antes Miguel Robusté cabeceó una acción de córner y provocó penalti y expulsión de Morante. Luque erró en la pena máxima, tal vez la única espina a su actuación.

Pudo matar el partido el Cartagena con el lanzamiento desde los once metros. Como réplica, tuvo el ghanés Clifford la oportunidad de recortar distancias al borde del descanso con un disparo potentísimo que desvió Limones como pudo. Varios fueron los aspectos positivos que anotar al cuadro albinegro en los primeros 45 minutos, como la intensidad desde el principio, la insistencia de Gato por el carril derecho y la concentración en todo momento, que propiciaron un tramo inicial de partido abusivo contra un rival hoy desconocido.

´Olés´ en el Cartagonova

La segunda parte terminó por arrojar la toalla al Granada B, de peso pesado a púgil en manos del Cartagena. El propio Luque, líder de la orquesta, destapaba todos sus recursos con infinidad de pases a la espalda. El capitán albinegro sacó a pasear la navaja suiza, con variedad de pases, asistencias y disparos. Tres en uno; lleva el mando y se hace de notar siempre, especialmente cuando el equipo lo tiene todo a favor.

La mancha la dejó Nacho Neira, expulsado tras cometer una acción innecesaria. Y el árbitro respondió con justicia al mostrarle la segunda cartulina amarilla. Chus Hevia, con unas condiciones climatológicas favorables a su juego, mató al Granada B con el tercero. Buen disparo del asturiano, ajustado al palo largo de Dimitrievski. Lo demás fue un trámite y, sin embargo, dejó para la posteridad la cabalgada de Gato hasta la cocina. Lo necesitaba el equipo de Palomeque, que da síntomas de evidente mejoría y visita la semana que viene al líder, el UCAM Murcia, en el mejor momento de la temporada. "Olé, olé, olé", gritó la grada durante y después del partido.