El FC Cartagena acabó la primera parte del encuentro que disputa en Cáceres después de verse con un gol en contra nada más comenzar el partido -Piojo, minuto 3-.

Los albinegros igualaban con un gol de penalti transformado por Ribas nueve minutos más tarde, y se ponían por delante gracias al tanto de un debutante, el central Robusté, quien mandó adentro un centro botado por Luque en el minuto 38.

El Cacereño arranca la segunda parte con diez por expulsión de Palero en el túnel de vestuarios, cuando increpaba al colegiado la pena máxima que supuso el empate en el minuto doce.

- Se adelantan los locales.

- Empata el Cartagena: Ribas, de penalti, a los 14 minutos de juego.

PREVIA, por Rubén Serrano

Tal vez ninguno de los dos equipos imaginaba un panorama así, con la urgencia de sumar de tres en tres en la sexta fecha de competición. Ante una situación inimaginable, en puestos de descenso y sin conocer la victoria, juega el Cartagena (16.45 horas) contra un ambiente contradictorio a la calidad de su plantilla, confeccionada para competir en la zona alta de la tabla. Aunque para muchos pueda tratarse de un sueño ficticio, una pesadilla o una rareza, lo cierto es que ahora el conjunto de Simón Ruiz, portavoz del cuerpo técnico, pelea en puestos de descenso y, como si de un mal alumno se tratara, no le queda otra que apurar sus últimas opciones en septiembre. Tarde o temprano aprobará el examen, pero partirá desde ese momento a rebufo, alejado de los más aventajados.

Los albinegros presentan, al margen de los números en liga, una hoja de observaciones que va desde la imposibilidad de traer a los futbolistas uruguayos a prueba hasta la más reciente: la amenza del Centro Nacional de Formación de Entrenadores (Cenafe) con inhabilitar a Julio César Ribas en un máximo de seis meses. A su favor cuenta el Cartagena con una excelente comunión en el grupo y una línea de trabajo que mostró su mejor imagen hace una semana ante el Melilla. El club cartagenero tiene un equipo joven, casi totalmente renovado por muchachos como Chus Hevia o Nicolás Abenza que buscan dar el salto de categoría con paciencia e ilusión. Parecían meter miedo los de la ciudad portuaria en verano, cuando la construcción de la plantilla invitaba a pensar en futbolistas de gran inteligencia y recorrido, ya sean Prosi o Luque, principales ejemplos.

Robusté, convocado

Siendo el peor arranque liguero de la historia del Cartagena, sí hay, no obstante, varios motivos para confiar. Uno es el cambio de esquema realizado ante el Melilla, ya que favoreció la comodidad de unos (Luque) y la demostración de liderazgo de otros (Sergio Jiménez). Así, la dupla Pallarés-Ribas, capaz de rematar cualquier balón aéreo, es el otro mecanismo capaz de arrancar el motor de albinegro, curiosamente alejado del manejo de Prosi, un hombre que bien podría ser la envidia del resto de equipos de la categoría pero que aún no termina de encontrarse a sí mismo.

La baja sensible es la de Tarantino, que continúa su proceso de recuperación y, como mínimo, no se le espera hasta la semana que viene. Echando un vistazo atrás, ningún aficionado llegaría a pensar lo importante que es el vasco actualmente en los esquemas defensivos. En su lugar viaja Robusté, fichaje sobre la bocina sin pretemporada, proceso de adaptación al equipo y lesionado. Tiene posibilidades de empezar a competir, según dijo Simón Ruiz el viernes al respecto, aunque todo indica a que hoy empezará el encuentro desde el banquillo.

El Cacereño, colista del grupo IV, arrancó la competición con una sorprendente victoria a domicilio ante el San Roque de Lepe. Después de eso solo conoce la derrota contra Almería B, El Palo, Linense y Lucena, y actualmente es el conjunto más goleado, con 11 tantos en cinco jornadas.

Los del Príncipe Felipe cuentan para esta tarde con tres bajas sensibles en ataque, ya que Medina, con dos goles en su cuenta y que es el cerebro del equipo, no podrá disputar el choque. Asimismo, Soto Valverde se encuentra con molestias y su concurso estará en el aire hasta el último momento. Elías Molina, futbolista albinegro que disputó la fase de ascenso en la temporada 2005-06 frente al Vecindario, es el único mediocentro que tiene disponible el técnico, Aitor Bidaurrázaga, mientras que Elías Pérez, un jugador de la cantera, es baja por sanción tras ver dos cartulinas amarillas la pasada semana. El ariete Plata es la única referencia ofensiva del Cacereño, que intentará, al igual que el Cartagena, poner fin a la mala dinámica de resultados.

El hecho de que el Cacereño ocupe el último puesto de la clasificación no es fruto de la casualidad. El equipo del estadio Príncipe Felipe cuenta con un presupuesto que apenas alcanza los 300.000 euros. Sus mejores jugadores de la temporada pasada, como Gaspar y Checa, quien milita actualmente en el UCAM, emigraron, mientras que es baja en defensa desde el inicio del campeonato Mejías, a quien no se le espera en unos meses. El club ha ido de más a menos en las últimas temporadas tras no alcanzar el objetivo de subir a Segunda División. Su propietario, Antonio Martínez Doblas, parece haber perdido la fuerza de las primeras campañas y ha rebajado su inversión.

La popularidad del Cacereño vive uno de los peores momentos de los últimos tiempos. Los intentos por ascender de categoría que han acabado en fracaso ha desanimado a la afición de Cáceres, que esta temporada ha dado la espalda al equipo. De hecho, el club solo ha logrado cuatrocientos abonados y a los partidos apenas acuden quinientas personas, por lo que la presión que se ejerce desde la grada es baja.

Esta situación contrasta con la que se vive a muy pocos kilómetros, en Mérida, en la actualidad, donde el equipo emeritense ha logrado 2.600 abonados pese a que el equipo se quedó en Tercera División el pasado mes de junio tras fallar en la última eliminatoria de ascenso.

Para tratar de recuperar los lazos con la ciudad, el presidente nombró hace unos días a Herminio Menéndez, quien trabajó en el Sporting de Gijón y el Sevilla, nuevo director general del club. El asturiano, medallista olímpico en piragüismo, se ha convertido en el hombre fuerte de un equipo que trata de salir de su peor crisis.