El asunto del cuerpo técnico en el Fútbol Club Cartagena sigue dando que hablar. Y así será hasta que Julio César Ribas, manager general del club, regrese de Uruguay una vez que haya solucionado su documentación y aclare cuál es el papel real que ocupa en la entidad. De momento, es Simón Ruiz quien se encarga de hacer de portavoz en cada rueda de prensa antes y después de los partidos partido. El técnico está 'capeando' el temporal lo mejor que puede y ayer salió al paso de la posible denuncia que el Centro Nacional de Formación de Entrenadores (CENAFE) medita realizar al Fútbol Club Cartagena, para asegurar que él es el «entrenador» y que el club cumple con todos los requisitos legales en relación al cuerpo técnico.

Ruiz, primer entrenador en funciones del club, confirmó que el club «cumple con la legislación vigente, que exige tener la figura de un entrenador. Para eso estoy yo, que trabajo aquí y tengo la titulación». El CENAFE podría denunciar a la entidad cartagenera e inabilitar a Julio César Ribas con un máximo de seis meses. Para evitar dicha infracción, el presidente, Javier Marco además de Ribas y el propio Simón deberían comparecer en rueda de prensa y aclarar el asunto tan pronto como el manager general regrese de su país. «Nosotros somos empleados del club, y como tales tendremos que acometer y acatar las normas y disposiciones que la entidad exija», explicó Ruiz al respecto. Como ya ha podido comentar en varias comparecencias, Julio Ribas es un hombre clave en el proyecto, el «alma máter».

En referencia al encuentro de mañana ante el Cacereño (Príncipe Felipe, 16.45 horas), en el que los albinegros han solicitado un delegado federativo, Simón afirmó que «eso son temas del club y su política a seguir. A nivel del cuerpo técnico vamos a continuar trabajando; no nos va a modificar la dinámica».

El Cartagena, que aún no conoce la victoria en liga y ocupa puestos de descenso, se enfrenta este domingo al colista del grupo IV. «Todos somos conscientes de la situación y no necesitamos saber que ahora mismo es complicada, pero confiamos en el trabajo que se hace y en la plantilla», manifestó el portavoz antes de añadir que «los dos equipos estamos apurados, con necesidades imperiosas de empezar a despegar. Ellos quieren dar una alegría a su afición y nosotros dar ese pasito que nos permita sumar tres puntos en vez de uno; continuar con la imagen mostrada frente al Melilla».

Pese a la situación precaria de la categoría, el cuerpo técnico del FC Cartagena conoce al dedillo a su rival. «Tenemos un departamento de scouting y análisis espectacular. Sin duda la mayor virtud del Cacereño es mantenerse muy bien como bloque defensivo. A partir de ahí saben qué zonas atacar para transformarlo en llegadas rápidas y directas, que nos han hecho plantear las sesiones de un modo concreto para contrarrestar esas acciones», describió. Simón entiende que el comportamiento del equipo en las segundas partes no es síntoma de un bajón físico, sino que «es algo normal que se produzca este desgaste después de los primeros cuarenta y cinco minutos de juego».

Si bien es cierto que las alternativas ofensivas parten de la dupla Pallarés-Ribas, aún «se puede complementar con otros jugadores, que aportarían diferentes vertientes al juego. A mí me gusta esa dupla, es muy interesante», opinó Ruiz, que confirmó también la mejoría de Robusté: «Entrena con el grupo y si lo creemos conveniente ya puede ir entrando en competición. Es un jugador más, así que, siendo conscientes de su situación (periodo de adaptación y lesiones), tiene posibilidades».

Al margen del estado físico de Robusté, el Cartagena no podrá contar con el central Tarantino, que continúa con su proceso de recuperación.

Por otro lado, la primera plantilla no podrá entrenar esta mañana en el estadio, tal y como estaba previsto debido a las intensas lluvias caídas ayer, por lo que el grupo se ejercitará antes de partir a Cáceres en el campo de la Urbanización Mediterráneo.