José Manuel Aira buscaba aire fresco, pero no encontró nada. Los cambios no sentaron bien a un Real Murcia que cayó por segunda vez en Nueva Condomina y que desaprovechó la oportunidad de ascender a la parte alta de la clasificación. Los futbolistas granas siguen sin estar al cien por cien y jugar entre semana no es el mejor camino para conseguirlo. Para evitar piernas cansadas, el técnico revolucionó el once, volvió a repartir minutos, aunque en esta ocasión tantas variaciones sentaron mal a un equipo que tomó pocas decisiones correctas y que apenas tuvo una ocasión clara de gol. No es que el Logroñés hiciera mucho más. Todo lo contrario. Los de Pouso llegaron, vieron y ser marcharon con tres puntos gracias a una acción polémica y que desesperó a jugadores y aficionados. Un penalti señalado por mano de Acciari en un saque de esquina fue el detalle que buscaban los visitantes para adelantarse en el marcador después de que Menudo batiese a Iván Crespo, una de las novedades de ayer, y poner fin al encuentro. Quedaban 35 minutos por delante, pero ni el Murcia se gustó ni el árbitro, con constantes paradas y con decisiones desconcertantes y en ocasiones hasta ridículas, ayudó a que los granas encontrasen la tranquilidad que necesitaban.

Los cambios, al contrario de otras ocasiones, apenas se notaron. Con empate en el marcador y con 0-1 en contra, el Real Murcia se sintió incómodo. Solo la defensa mantuvo el nivel. Satrústegui demostró que está preparado para liderar a los granas desde atrás, y Jaume, que sustituyó a un David Prieto cuyas piernas todavía no están para esfuerzos tan continuados, tampoco dio opciones a un rival que solo pisó el área de Iván Crespo en acciones a balón parado.

En el otro área ocurrió lo mismo. Jairo, quien desperdició una gran oportunidad para demostrar que está por delante de Albiol, no fue capaz de generar ni una jugada por la derecha. Tampoco por la izquierda cuando intentó cambiar de carril. La sensación de ahogo también llegó a Garmendia, que sustituía a Rubén Sánchez, y a Saura. Ni uno ni otro fueron capaces de poner un balón a Gerard Oliva, otra de las novedades.

Así fueron transcurriendo los minutos. Sin ocasiones claras se llegó al descanso. Apenas acercamientos de Pumar o un intento desde lejos de Garmendia.

El centro del campo se convirtió en un laberinto en el que ni locales ni visitantes eran capaces de poner orden para encontrar una salida. Una de las pocas opciones la generó José Martínez. El lateral sorprendió por la derecha, pero Garmendia envió fuera en el minuto 47. Luego Jairo combinó con Satrústegui sin éxito (50').

Era tal el aburrimiento que el tiempo parecía no correr. Ahí apareció el árbitro. A la salida de un córner, defensas granas y atacantes del Logroñés luchaban por controlar la pelota para, en unos casos, despejar, y en otros, rematar. Entre el lío sonó un silbato. Nadie había visto nada, solo al colegiado señalar el punto de penalti al parecer por manos de Acciari, que además veía tarjeta amarilla.

Con el marcador en contra todo se complicó. El Murcia equivocó el camino. Quiso ir más rápido de la cuenta, pero lo único que consiguió es caer en la trampa del Logroñés. Bien colocados atrás, el equipo de Pouso no sufrió ni un instante. Los cambios tampoco ayudaron. No había tres pases seguidos. Las decisiones del colegiado, que paraban una y ora vez el juego, lo complicaban todo aún más.

Pero como se suele decir en el mundillo. Raro es que en noventa minutos no crees una ocasión. El Murcia la tuvo en el minuto 66. Armando, que sigue sin dar ese paso que le haga ser el jefe del centro del campo murcianista, combinaba con Pumar, y éste encontraba por la izquierda a un Rubén Sánchez recién saltado al campo. El albaceteño buscó a Javi Flores, pero su disparo se marchó desviado.

Con el equipo roto y buscando a la desesperada jugadas que no salían, fue el Logroñés el que de nuevo pudo batir a Iván Crespo. Primero en una opción en la que Menudo cruzó demasiado y posteriormente Iker Alegre enviaba al larguero.