José Manuel Aira ha tenido que cambiar su manual en varias ocasiones desde que llegó a Murcia. El leonés, al que no le han temblado las piernas al tener que ir adaptándose a las circunstancias, empieza a respirar con la llegada de los buenos resultados. Tres victorias en cuatro partidos y especialmente la buena imagen ofrecida por unos futbolistas comprometidos pese a la falta de experiencia en muchos casos han hecho que la tranquilidad se acomode en un vestuario hecho con prisas y donde algunos de sus integrantes aún necesitan entrenamientos para competir con sus garras completamente afiladas.

Después de la disputa de cuatro jornadas ligueras, Aira ya empieza a perfilar su ejército. Con Fernando afianzándose en el once partido tras partido, el sábado el técnico murcianista ya pudo contar con una línea defensiva que posiblemente sea la que se repita cada semana. José Martínez y Pumar, que se quedaron pese al descenso administrativo, son fijos en sus posiciones, mientras que el centro de la zaga sí ha ido evolucionando hasta llegar el sábado a juntar a las dos piezas que se presuponen titulares: Satrústegui y David Prieto.

Ante la falta de efectivos, Aira miró al filial y apostó por Pibe. El alicantino fue titular ante el Racing de Ferrol, frente al Celta B, donde no estuvo acertado en la jugada que costó el empate a los granas; y contra el Marino Luanco, choque en el que cometió el penalti en el que Fernando ganó credibilidad al detenerlo. Todo era provisional a la espera de que los centrales fichados con el cartel de titulares cogiesen la forma. Ese instante llegó el sábado. Aira daba una vuelta a su centro defensivo. Satrústegui, que apenas necesitó un entrenamiento para aparecer en el once y quedarse en él, repetía después de debutar en Liga frente al Marino, siendo la novedad la entrada de David Prieto, que disputaba sus primeros minutos en el campeonato. El sevillano, que sí jugó los noventa minutos en el choque de Copa del Rey contra el Sabadell, sustituía a Jaume Sobregrau.

Con la retaguardia adaptándose, más claro ha tenido Aira su centro del campo. La mezcla de ingredientes está dando resultados. Dos veteranos, Acciari y Albiol, han asumido su papel y están tirando del carro; un canterano, Arturo, se ha convertido en la noticia agradable después de un mes demasiado complicado; y Rubén Sánchez y Armando son los recién llegados de esa línea.

Aunque hacía pensar que Jairo acabaría siendo el dueño de la banda derecha, hasta el momento, el técnico leonés está prefiriendo la experiencia y la tranquilidad que aporta Albiol a la velocidad y la chispa del tinerfeño, hasta ahora un revulsivo para las segundas piezas.

Los cambios apenas se han producido en lo que va de campeonato. Solo la baja de Arturo el sábado, que se cayó de la lista de convocados a última hora por un proceso gripal, ha variado la idea del preparador murcianista. En su lugar, como ocurrió en Ferrol cuando el de Abarán se marchó en el minuto 20 por unos problemas musculares, ha actuado Saura, otro 'cachorro' murcianista, que no está dispuesto a que Aira olvide su nombre. Salvo ese cambio obligado, el puzzle parece completo. Acciari es la llave defensiva y Armando, que todavía no ha mostrado su seña de identidad, se encarga de distribuir, con Arturo adelantando y retrasando su posición según las circunstancias. El mencionado Albiol, además de ser el hombre encargado de la mayoría de acciones a balón parado, abre el juego por la derecha y ayuda cuando es necesario a controlar la medular, mientras que Rubén Sánchez, hasta ahora muy irregular, comparte la banda izquierda con Pumar.

La delantera, una de las posiciones menos reforzadas del cuadro murcianista, también ha tenido un dueño fijo hasta ahora. José Ángel Carrillo quiere convertirse en el nuevo Kike García. Llegado de la cantera, el joven jugador busca estrenarse como goleador con el primer equipo, algo que hasta ahora no ha logrado. Sin embargo, en el banquillo aparecía el sábado una pieza que en el que hay puestas muchas esperanzas. Más mediapunta que '9', Javi Flores llega al Real Murcia para reencontrarse como futbolista después de dos temporadas prácticamente en blanco. Una grave lesión en 2012 frenó su progresión.

El sábado vivió su alternativa como grana. Aira, que ha insistido una y otra vez que no forzará a sus jugadores y que tendrá paciencia para que vayan ganando la forma física en los entrenamientos, apostaba por el cordobés a falta de diez minutos para el final. Su entrada sirvió como revulsivo de un Murcia que ya estaba volcado para poder batir al CD Lealtad. En solo diez minutos dejó detalles que gustaron a la grada y no se escondió a la hora de tomar responsabilidades para buscar el gol. Gestos que en unas semanas le pueden convertir en otro de los hombres importantes para el técnico del Real Murcia.

Por último está Gerard Oliva, el otro delantero del equipo. Hasta el momento, la presencia del catalán se ha limitado a las segundas partes. El sábado, nada más saltar al terreno de juego, dispuso de una ocasión única para marcar. Un contragolpe en el que Javi adivinó el disparo del jugador murcianista.