El Real Murcia no piensa caer al abismo de Segunda B sin lucha. De hecho, la lucha en los juzgados no ha hecho más que empezar. Ahora, después de asumir que la categoría en la que iniciará la temporada es Segunda B y en el grupo I, buscará amparo en la Audiencia Provincial de Madrid. Y es que si todo se daba por perdido tras el auto dictado por el juez Francisco Javier Vaquer Martín en el que el magistrado dejaba sin efecto el tercer punto del auto dictado por su homónimo, Sánchez Magro, -«se acuerda suspender la resolución del Juez de Disciplina Social de la Liga Nacional Profesional de 7 de agosto por la que se impone al Real Murcia CF SAD el descenso de categoría»-, el club emitió ayer un comunicado en el que requería que el organismo presidido por Javier Tebas inscribiese al club en Segunda División.

El escrito publicado en su página web consta de varias partes y deja entrever que la batalla, en contra de lo que se creía, está aún lejos de ver su final. En el texto, el club presidido por Jesús Samper recordaba que el juzgado, en su auto con fecha de 12 de agosto -no mencionaba el emitido por Vaquer Martín-, reconocía que el control económico de la LFP era antijurídico e instaba a la Liga a inscribir al Murcia. Además, volvió a mencionar el auto dictado por Sánchez Magro que advertía que la expulsión de la entidad grana de Segunda suponía un severo perjuicio económico, de reputación, de prestigio y moral para con el club, sus accionistas y sus acreedores, entre lo que, curiosamente, se encuentra la Agencia Tributaria.

Todo esto ya se conocía de la primera resolución, ya que ambos magistrados habían coincidido en estos puntos. Pero quedaba por conocer la respuesta de Samper después de que Vaquer Martín dejase sin efecto la suspensión que permitía que la Liga bajase de categoría al club por sus reiteradas sanciones. Y ese golpe que parecía mortal, no lo era tanto. Porque el Real Murcia, en el comunicado publicado, instaba a la Liga a que se cumpliera el mandato del juzgado Nº7 de lo Mercantil que ordenaba su inclusión en el Fútbol Profesional y que, una vez en Segunda, batallarían por ver si esa sanción que supone un descenso es válida -«...a pesar de existir una sanción previa consistente en el descenso de categoría cuya efectividad no ha sido suspendida pero cuya validez aún debe ser enjuiciada...»-, rezaba el comunicado. Y será la Audiencia Provincial la que decida, si es de urgencia en el plazo de un mes, si anula la sanción impuesta que condena al Murcia al pozo de la Segunda B.

Dicho de otro modo, si la LFP y Tebas habían descorchado el champán, lo han hecho demasiado pronto. Porque no se ha dictado una sentencia sino un auto y el club va a litigar por mantener la categoría todo lo que sea necesario. Y avisa que, con el debido respeto que merecen todas las resoluciones judiciales, discrepa e «impugnará tal pronunciamiento por los cauces legalmente establecidos». En ese terreno, al menos, el Real Murcia está jugando.

Entretanto, mientras toda la batalla legal se está desarrollando, los días para iniciar la competición avanzan y hasta ayer quedaba por dilucidar en qué división competiría finalmente la entidad grana. Así, el club de la capital del Segura no estaba inscrito en ninguna categoría a la espera del auto del juez, algo que ya ha resuelto.

El Murcia, desde Segunda B, intentará volver a Segunda en los despachos o en el terreno de juego. Pero contará con algo más de tiempo porque la Federación Española aplazó el primer partido liguero, que en principio debía disputarse este domingo contra el Logroñés en Nueva Condomina. Jesús Samper trasladó al organismo presidido por Villar la solicitud de aplazamiento de tres jornadas para poder conformar un equipo y, aunque en principio sólo se le ha concedido una, todo indica que la suspensión podría extenderse hasta la segunda jornada, en la que el Real Murcia debería visitar al Racing de Ferrol en el extremo opuesto de España.