­En uno de los momentos más críticos de su historia reciente, el murcianismo no ha querido dejar de lado a su club. Más de medio millar de aficionados del Real Murcia se congregaron este jueves a las puertas de la delegación de Hacienda, en la Gran Vía, para protestar por la situación que está viviendo la entidad. No fueron muchos pero sí los suficientes como para demostrar que, pese a que el club está al borde del descenso administrativo, el murcianismo está más vivo que nunca. Y que no van a tirar la toalla.

La Gran Vía se convirtió en un reguero de hinchas granas que se manifestaron para pedir soluciones a la Liga de Fútbol Profesional. A pesar de que en un principio solo estaba previsto un acto de protesta frente a las puertas de Hacienda, finalmente los poco más de 500 seguidores pudieron realizar una manifestación pacífica desde la misma sede del organismo público hasta la Catedral, lo que provocó el corte de la principal calle de la ciudad durante 15 minutos.

El acto, organizado por la Federación de Peñas del Real Murcia (FEPEMUR), se promovió en el mismo día de ayer ante la urgencia de la situación. Las peñas emitieron un comunicado a media mañana en el que pedían la movilización de los aficionados con solo ocho horas de aviso. Probablemente el poco tiempo de antelación y el hecho de que muchos seguidores se encuentren disfrutando de sus vacaciones provocó esta cifra de asistentes, muy alejada en cualquier caso de otras manifestaciones similares del fútbol español que se han producido en los últimos días. En Zaragoza se congregaron 15.000 hinchas para pedir un futuro digno para su club; y en Santander, con el Racing agonizando, en la misma situación que el Murcia, se reunieron unos 3.000.

La manifestación grana fue convocada bajo el lema ´En Hacienda juegan todos y solo pagamos nosotros´, como medida de protesta por la discriminación que, entienden, vive la entidad después de que la LFP decidiera cambiar el miércoles los requisitos que se deben cumplir para inscribirse en el campeonato nacional y dejar a ambos clubes en una situación muy delicada.

Miguel Martínez, presidente de la FEPEMUR, hizo de portavoz de los aficionados y leyó un comunicado en el que exigió que «las reglas del juego sean iguales para todos». «Es incomprensible que, habiendo equipos mucho más endeudados que el Murcia, se nos convierta a nosotros en cabeza de turco», siguió, para añadir después que «con el descenso administrativo nadie cobra ni la institución es viable».

Luego se escucharon gritos contra Tebas, presidente de la LFP, se entonó el himno del Centenario y otros cánticos murcianistas. La afición ha hecho su parte. Jesús Samper está tratando de cumplir con lo exigido por las autoridades. Ahora todo queda en manos de la Liga.