El francotunecino Medhi Nafti dejó ayer al descubierto, para desgracia de todos sus incondicionales, que se ha pasado un año estupendo en el Real Murcia viviendo a cuerpo de rey y con más galones de los que le correspondían, a pesar de haber sido uno de los grandes protagonistas de la desastrosa temporada que ha llevado al conjunto grana a descender a Segunda B. El exjugador de la centenaria entidad, que aterrizó en Nueva Condomina como uno de los grandes pilares para tratar de ascender con uno de los mejores sueldos de la plantilla, dijo el 20 de marzo que «no puedo permitirme un descenso, porque es algo que te persigue toda la vida», al mismo tiempo que añadió: «No quiero terminar mi carrera en Segunda B».

Pues además de resultar un fiasco sobre el campo, de convertirse en protagonista por las salidas nocturnas y por las cuestiones extradeportivas, de decir que estaba pensando en retirarse si no seguía en el Murcia y de haber engañado a todo el murcianismo recibiendo sonoras pitadas desde los graderíos, ayer se constató que el exfutbolista del Valladolid también miente por su boca casi más de lo que habla.

Pocos pensaban que un jugador que llegó a Murcia de la mano del director deportivo de la entidad, José Luis Molina, con cartel de 'estrella' y futbolista 'total', iba a terminar en Segunda B un año después tras arrastrase por los campos de Segunda División exhibiendo una falta de compromiso que han llevado al francotunecino a quedarse sin equipo de Segunda y tener que aceptar la oferta del Cádiz. Para Chuti Molina, en cualquier caso, que Nafti no haya sido capaz de separar sus problemas matrimoniales de los profesionales, excusa más que suficiente como para salir del paso, ya que siempre estará el presidente Samper para cargar también con las culpas de un jugador que se fotografió con aficionados en las redes sociales a altas horas de la madrugada después de una derrota de su equipo, de lucir el brazalete de capitán y, lo más grave, tras la desgracia del fallecimiento del responsable de la jardinería en Nueva Condomina de forma trágica y repentina.

Sin embargo al Cádiz de Florentino Manzano no le ha importando firmar a Nafti para una campaña, ofreciéndole un contrato que rondará los 100.000 euros según ha podido saber este diario y una ciudad en la que, por desgracia para la afición del histórico Cádiz, existe un ambiente terriblemente magnífico para que un futbolista con ganas de juerga termine de cavarse su propia tumba en un tiempo récord. En el Cádiz también se han interesado por el defensa José Manuel Catalá, otro exgrana obligado a huir de Murcia por la puerta de atrás y quien, si no juega, por si fuera poco, tampoco entrena.