Al Real Murcia y sus aficionados no les queda más remedio que creer que la salvación es posible, tener fe pese a que el equipo no ha dado motivos para ello. Onésimo Sánchez, su entrenador, le pidió ayer el último aliento a los seguidores, a los que se encomienda en el momento más crítico de la temporada, cuando el precipicio del descenso está más cerca. Pero las matemáticas dicen que el equipo tiene vida, que ganando mañana a la Ponferradina en Nueva Condomina (17.00 horas) sí que es posible.

El técnico tiró ayer de emotividad en la rueda de prensa para llegar a los seguidores: "La afición está demostrando que es del Murcia y que quiere al Murcia. Nos ha apoyado y nos va a seguir apoyando; entiendo su preocupación y que estén enfadados, porque lo profesional no nos pueden tener mucha estima porque no estamos consiguiendo los objetivos", admitió ayer el preparador de Valladolid, quien de todas formas, ante los acontecimientos que se vivieron el pasado lunes en Guadalajara, cuando algunos aficionados insultaron a varios jugadores, advirtió de que "no se puede pasar una línea en lo personal, porque con la violencia o lo insultos se pierden los derechos", aunque volvió a incidir en que "entiendo que estén enfadados, pero mientras que el Murcia tenga una opción, sé que su gente va a estar ahí, seguro".

El preparador hizo este llamamiento a la comprensión de la grada después de admitir que el partido de mañana es "a cara o cruz, no hay margen de error", y que la semana, tras la derrota en Guadalajara ha sido "dura, difícil, con mucha carga emocional", y que ha tenido que realizar un trabajo para "recuperar al grupo".

Onésimo transmitió cierta importancia por la situación que vive el equipo cuando dijo que "lo intentas y no lo consigues" y que espera "que nos sonría un poco más la fortuna, porque no nos está sonriendo para los méritos que está haciendo el equipo", para añadir también que sus jugadores "están preocupados y enfadados, molestos, pero sabemos que todavía queda tiempo, y mientras que haya la más mínima opción, tenemos que estar a muerte para conseguirlo".

El preparador no desveló si José Luis Acciari y Emilio Sánchez, que ha están recuperados de sus lesiones, jugarán de inicio. Se limitó a decir que "el equipo está muy metido y mentalizado, y la manera de jugar con uno con otro es igual, es más importante lo que tenemos que hacer que quien sea el que lo tiene que hacer", aunque todo apunta a que estos dos jugadores serán titulares frente al conjunto leonés.

Onésimo también apeló a la honestidad de sus jugadores y se mostró convencido de que nadie va a tirar la toalla, aunque lo cierto es que varios futbolistas hace tiempo que se borraron. En el vestuario ha recordado el vallisoletano situaciones que se han vivido en las últimas temporadas para que los jugadores mantengan la convicción: "Como se depende de tantos avatares y resultados, estamos convencidos de que si ganamos los tres partidos nos salvamos. Hay que ir viviendo jornada a jornada lo que va a pasando porque esto va cambiando.El descenso del año pasado del Villarreal en Primera se decidió en el último. Siempre hay que estar ahí porque en el fútbol, en los últimos cinco minutos de un campeonato, cambien las cosas", expresaba.

El técnico justificó en la búsqueda de sosiego y de aislar a los jugadores de la presión exterior el hecho de que todos los entrenamientos de la semana se hayan celebrado a puerta cerrada: "Uno intenta que los chicos lleguen en el mejor estado anímico posible. Hemos buscado tranquilidad, porque son entrenamientos difíciles, pero no queremos esconder nada", declaró para explicar su decisión.

Pendientes esta tarde del Mirandés-Las Palmas en Anduva

La Unión Deportiva Las Palmas le puede hacer hoy un favor al Real Murcia si gana en Anduva al Mirandés, que tiene dos puntos más que los granas. El partido dará comienzo a las cuatro de la tarde y solo se podrá ver en televisión a través del canal autonómico canario.

Los insulares son sextos y han encadenado dos jornadas ligueras consecutivas sin marcar, ante Huesca y Recreativo de Huelva, con los que empató a cero, por primera vez desde que llegó Sergio Lobera al banquillo de los grancanarios. Esos dos resultados, y el bajo nivel de juego mostrado por el equipo -y reconocido por sus protagonistas- preocupan hasta el punto de que el pasado miércoles el presidente, Miguel Ángel Ramírez, se reunió con la plantilla y cuerpo técnico durante tres horas. Lobera no podrá contar con su máximo goleador, Vitolo -14 dianas-, ni con David García, ambos sancionados por acumulación de amonestaciones, pero recupera a Deivid, Atouba y Javi Guerrero tras cumplir sus castigos.

La Ponferradina no pierde fuera desde hace trece jornadas

Los números de la Ponferradina, un equipo recién ascendido que se construyó para mantenerse, asustan. No conoce la derrota desde hace seis jornadas y solo ha perdido un encuentro de los últimos doce, en los que presenta un balance de 6 victorias y 5 empates. Además, desde hace trece jornadas, el 24 de febrero en Almería (4-1), el conjunto leonés no pierde fuera de casa. En definitiva, un rival entrenado por Claudio Barragán y liderato en el capítulo goleador por Yuri, autor de 18 tantos, que ocupa la séptima plaza y que se encuentra a dos puntos del sexto clasificado, es decir, de los puestos que dan derecho a jugar la promoción de ascenso.

El equipo del Bierzo realiza esta mañana el último entrenamiento antes de viajar a Murcia. El preparador tiene tres bajas, la del centrocampista asturiano Sául Fernández, que ha caído lesionado esta semana, así como los sancionados Juande y Carpio. Asimismo, el guardameta Santamaría es duda, y en caso de no poder jugar, entraría Leandro. Además, el exjugador del Cartagena Ander Lafuente, según confirmó Barragán, volverá a la convocatoria. Sobre el encuentro que "el Real Murcia va a estar arropado por su gente y será un partido importantísimo para su futuro. Si descienden a Segunda B será un palo muy grande", afrimó, para añadir seguidamente que "me preocupa lo que hagamos nosotros".

Beenhakker añora la etapa de Mendoza y Samper en el Madrid

El exentrenador del Real Madrid Leo Beenhakker, en una entrevista del periodista Diego Torres que publicó ayer el diario El País, se mostró crítico con la gestión de Florentino Pérez en el club blanco y mostró añoranza por la etapa en la que Ramón Mendoza presidía la entidad y Juan Antonio Samper, actual vicepresidente deportivo del Real Murcia, era secretario de la junta directiva en la década de los ochenta. El holandés declaró que "Mendoza fue un padre, un padre de los jugadores. Nos proporcionó todo lo que necesitábamos para entrenar, vivir y jugar.

Cualquier empleado estaba concentrado en eso: cómo ayudar al equipo. Ese era el ambiente de aquel Madrid. Eso es importante porque da tranquilidad y seguridad a los jugadores. Y ese ambiente me falta un poquito actualmente. El club ha cambiado mucho. Se nota cuando entras al estadio. También se ve en Holanda y en otros países. Hace tiempo, dentro de los clubes, las personas que mandaban eran del club. Ahora es más gente de negocios. Aparece un director de una compañía con 30.000 empleados y quiere ser presidente: y todo es más frío, sin emoción, sin calor. En mi época, Samper (Juan Antonio), López Serrano, Fernández Trigo y Mendoza daban calor al club y estaban pendientes del equipo. Había más fútbol. Eran los clásicos dirigentes". Beenhakker ganó tres campeonatos de liga entre 1986 y 1989.