Es tal la gravedad de la situación deportiva que vive el Real Murcia que apenas importa contra quién se juege, dónde y con qué armas vaya a plantearse el partido. Cada jornada que se consume se va gastando una bala de la recámara cuando faltan cuatro partidos para que termine la Liga en Segunda. Onésimo Sánchez, el entrenador del Murcia, lo tiene muy claro y ayer en rueda de prensa aplicó el ejemplo de los estudiantes para tratar de explicar lo que le pasa a su equipo: "Somos un estudiante que tiene que estudiar más para llegar al suficiente, porque la zona que ocupamos en la clasificación es de suspenso. Sin embargo se trata de un estudiante que pone todo de su parte por aprender y que se emplea a fondo, lo que me aporta todavía más confianza para saber que podemos cumplir el objetivo".

"Hay que ganar porque las oportunidades se van acabando. Realmente, si en algo tenemos que mejorar, es sin duda el acierto de cara a la portería rival. Hemos sido mejores que el rival en algunos partidos y no hemos marcado goles, lo que al final nos ha terminado condenando. La tranquilidad es que lo damos todo en cada partido, pero ahora solo nos vale ganar, ganar y ganar, no nos queda otra. Queríamos haber sellado la salvación con los partidos de Nueva Condomina, no ha sido así y ahora toca conseguir la victoria fuera", explicó el máximo responsable del banquillo murcianista.

No se trata Onésimo precisamente de un entrenador pesimista, ya que en su carrera como jugador y también como entrenador ya ha convivido en más de una ocasión con situaciones de este tipo donde los nervios están a flor de piel y donde hay que hacer las cosas muy bien para evitar un descalabro. Sin embargo el vallisoletano es el primero que se niega a tirar la toalla, ya que efectivamente, tal y como dijo, "el martes podemos estar fuera y con esa ilusión vamos a Guadalajara". Y es que si esta tarde a las cinco, el Mirandés cae derrotado ante el Hércules de Alicante y los murcianos ganan su partido de mañana en tierras alcarreñas, el Murcia dejará atrás los puestos de descenso después de cinco jornadas incrustado en la parte más fea de la clasificación.

"El equipo da muestras de que puede. Se pone toda la carne en el asador y ahora no nos alcanza, pero al final lo conseguiremos", explicó en este sentido. "Hemos sido capaces de ganarle al Almería y plantarle cara al Barça B en su campo, por lo que hay señales claras de que aquí no hay nada decidido. El Murcia deja claro que quiere salvarse en cada partido y al final nos tiene que dar la nota para el objetivo".

A los aficionados murcianistas no les queda otra que agarrarse a un clavo ardiendo esperando que todo pase lo más rápido posible, ya que una derrota mañana en el Pedro Escartín podría ser casi como un rejón de castigo para un equipo al que le toca ahora dar la talla que no ha sido capaz de exhibir durante el curso para evitar el drama del descenso al barro de la Segunda B.

El Elche, sin jugar, ya es equipo de Primera

El Elche, tras el empate del Alcorcón ante el Barcelona B, confirmó ayer el quinto ascenso de sus noventa años de historia a Primera División, veinticinco después del último que logró al final de la temporada 87-88. El club presidido por José Sepulcre y entrenado por Fran Escribá ha logrado su objetivo en una temporada en la que ha sido líder de principio a fin, siempre con una amplia ventaja sobre el resto de equipos de la categoría. Este mediodía se enfrentan al Almería en los Juegos del Mediterráneo en un partido de trámite.