Hasta el minuto 59, cuando fue suspendido el encuentro por el colegiado Pino Zamorano, el FC Cartagena había conseguido cambiar la imagen lacónica y triste de multitud de partidos vividos en el estadio Cartagonova. Es cierto que tampoco iba ganando y que el conjunto vigués hacía peligro con poco que se acercara, pero el bloque entrenado por Ríos no se amilanó en ningún momento ante un rival segundo clasificado y con firmes aspiraciones para subir a Primera.

Los albinegros mostraron una actitud diferente a otros choques, llegaron con más fluidez y facilidad a la meta contraria y tuvieron varias ocasiones interesantes para anotar. Sin embargo, bastó una jugada de ataque, una, en el minuto tres, para que el Celta exhibiese las vergüenzas del FC Cartagena en defensa. Un balón bien llevado por la izquierda de Rodríguez –ante un Txiki incapaz de detenerlo–, llegaba a Bermejo en el segundo palo y de cabeza y colocado al palo contrario hacía el 0-1 con todo aún por jugar.

No obstante, el conjunto entrenado por Ríos no se desmoralizó. Siguió atacando y algunos de sus jugadores se mostraron entonados en labores ofensivas. Gracias al trabajo de Font, que volvía, y a los de Lafuente, Moral, Braulio y, sobre todo, Collantes, el equipo siguió insistiendo sin desmayo.

Tan sólo la falta de acierto y las polémicas decisiones del colegiado –que no vio una mano de un jugador celtiña dentro del área o pitó un fuera de juego con gol anulado de Braulio–, impidieron que el conjunto entrenado por Carlos Ríos no se fuera al descanso con un resultado mejor.

Tras el paso por vestuarios el equipo albinegro logró igualar la contienda gracias a un libre directo lanzado por Moral que se coló en la portería. Luego llegó todo el lío.