Los grandes clubes no solo alcanzan ese estatus por sus títulos y éxitos. Reciben mucho de la sociedad y están obligados moralmente a devolver a la misma ese reconocimiento por medio de gestos. El Real Madrid, a través de su fundación, es un ejemplo. Son numerosas las obras sociales que realiza y en virtud de un convenio con el Centro Penitenciario Murcia 1 a través de Instituciones Penitenciarias, no solo da semanalmente la oportunidad a un grupo de reclusos de encontrar en el deporte una válvula de escape, sino que ha propiciado que varios de ellos hayan tenido el honor de jugar un partido con los veteranos del club en la Ciudad Deportiva de Valdebebas con LA OPINIÓN como testigo.

Todos los martes y jueves, un grupo de exfutbolistas madridistas se reúne para realizar un encuentro. En esta ocasión, los rivales fueron personas que por diferentes circunstancias personales, están cumpliendo actualmente penas privativas de libertad. La actividad se encuadra dentro del programa que llevan a cabo varios departamentos del centro, entre ellos el de de trabajo social, que tiene como finalidad la reinserción de los reclusos. Todos los que disfrutaron de una experiencia que calificaron como «inolvidable», se ganaron el concurso en la misma con sus conductas ejemplares en el día a día de la vida entre rejas. Bajo la coordinación de Juan Carrión, el funcionario de prisiones y exárbitro de Segunda División Antonio Jávega Jiménez, y del monitor deportivo Paco Navacerrada, un grupo de doce reclusos, que contaron con el refuerzo de varios voluntarios, como Gema Peñuelo, Francisco Lara, el párroco Joaquín Sánchez, Federico, Cristóbal y el exfutbolista muleño Espejo, se vistieron de corto en Valdebebas para enfrentarse a glorias del fútbol nacional de la talla de Paco Buyo, Rubén de la Red, Emilio Butragueño, quien actualmente es el director de relaciones institucionales de la entidad, y el totanero Chendo. Con ellos, otros veteranos como Sabido, Roberto Rojas, Vallina, Iván Pérez, Geni, Cobos e Isidro. Por supuesto que los veteranos madridistas golearon en un encuentro que pitó Jávega Jiménez, quien desempolvó su silbato para la ocasión, pero en el recuerdo quedarán los cuatro goles del equipo del Centro Penitenciario Murcia 1 marcó. Uno de ellos, además, fue muy celebrado por el propio Paco Buyo, quien al igual que sus compañeros, no dudó en atender a todas las peticiones de fotografías y autógrafos, que fueron numerosas, durante la comida de hermandad que se celebró posteriormente en un vestuario de la ciudad deportiva.

Pero la jornada en Madrid dio para mucho más, ya que la Fundación madridista también permitió invitó a la delegación a visitar el museo del club, mientras que la Federación Murciana posibilitó el acceso a la exposición de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, donde está expuesta la auténtica Copa del Mundo que conquistó la selección de Vicente del Bosque en Sudáfrica. También hubo tiempo, aunque parezca increíble, de una visita cultural por el Madrid de los Austrias en una jornada imborrable tanto para los reclusos como para sus acompañantes.