El UCAM Murcia sufrió ayer una dolorosa derrota a manos del Obradoiro en el Palacio de los Deportes, en un partido en el que quedó patente que Moncho Fernández y los suyos tienen cogida la medida del equipo y la cancha murciana. Se repitió la historia hasta el punto en el que el partido fue un calco de los que disputaron la pasada temporada en la Adecco Oro, con un tercer cuarto desastroso para los intereses locales, en el que se decantó el marcador.

En esta ocasión el UCAM Murcia no tuvo las suficientes armas para combatir la confianza del rival. Se juntaron varios factores absolutamente determinantes que acabaron por hundir a los locales. Las bajas tuvieron mucho peso por la sencilla razón de que ninguno de los jugadores en pista podían dotar a su defensa de la agresividad necesaria en este tipo de partidos. Hacía falta mucha concentración, hilar muy fino atrás, dado que no se podía ´meter la mano´ para no cargarse de personales. Esta consigna la tradujo el equipo erróneamente y derivó en una falta de intensidad de la que se aprovechó Obradoiro constantemente. Se iba por detrás del ataque visitante, que normalmente encontraba su oportunidad y convertía tiros cómodos.

Porque ´cómoda´ es la mejor definición que le podrían dar Moncho Fernández y los suyos a su visita al Palacio. Jugaron cómodos incluso con el trío arbitral que, después de cargarles de faltas en el primer cuarto, compensó de manera descarada a partir de entonces. Los jugadores del UCAM Murcia se sintieron contrariados por el distinto rasero que se aplicaba, y todo ello derivó en problemas de faltas e incluso una técnica contra Grimau ideal para romper el partido del lado visitante.

Los condicionantes eran demasiados, y se sumaron al mal juego en general. Los problemas defensivos no fueron compensados de ningún modo con un ataque brillante, ya que el porcentaje de tiros de dos (49%) y de tres puntos (14%) fue muy pobre. En cambio, Obradoiro encontró la manera en el tercer cuarto de desarbolar a su rival. Ebi Ere y Deron Washington aprovecharon su físico contra los exteriores del UCAM Murcia, e hicieron mucho daño. La consigna para los bases era atacar constantemente, con Franch tratando de contener sin éxito las acometidas de Andrés Rodríguez y Milt Palacio. Ni siquiera la zona de hombres altos que probó Guil en varias fases del partido sirvió mucho para contener la sangría de los dos últimos cuartos.

Porque antes el UCAM Murcia había mantenido el tipo, aunque nunca parecía tener controlado el ritmo de partido. Walsh era el principal culpable del desarrollo de la anotación murciana, con buenas acciones ofensivas que mantuvieron el marcador equilibrado, incluso con ventaja tras los primeros diez minutos (20-18). Le cogió el relevo Jasen, muy aguerrido en el inicio del segundo cuarto, mientras que Augustine empezaba a carburar bajo tableros. Los problemas arbitrales del conjunto murciano empezaron cuando al pívot americano lo sacaron del partido con dos faltas consecutivas (para hacer la tercera) que no existían. La relación con los árbitros fue cuesta abajo a partir de entonces, y todo diálogo se basó en amenazas. Al descanso, sin embargo, se aguantaba el tipo (32-32).

Tras el paso por vestuarios, y después de un intercambio de canastas, llegaron los dos parciales fatídicos para el conjunto murciano. Primero un 0-6 y después un 0-9 sepultaron las opciones de Luis Guil y sus jugadores, que no eran capaces de taponar las vías de agua que ya les hacían hundirse irremediablemente. La selección de tiro era mala, el acierto nulo y la actitud de los árbitros permisiva con los gallegos. Le cayó de paso una técnica a Grimau, por protestar la no señalización de una falta que parecía clara, y como resultado se dio la rotura del partido de cara al último parcial (43-57).

Un cierre de partido en el que las cosas sólo fueron a peor. El UCAM Murcia estaba completamente fuera de partido y el Obradoiro aprovechó para lucirse y morder, ganando de paso moral para las próximas jornadas. Augustine hizo un esfuerzo extra por maquillar, y se fue a sus números, pero ni por esas (60-85).