Como todo derbi que se precie, el de ayer reunió todos los condicionantes para hacer disfrutar a las aficiones de uno y otro bando. La alegría cayó en esta oportunidad del lado del Real Murcia, un equipo que fue capaz de sobreponerse a sus graves problemas de creación, toque y llegada, en la mañana de ayer, con una fantástica pegada, que le dio los tres puntos y le hace colocarse entre los mejores de la categoría.

Ninguna de las aficiones se marchó desilusionada con su equipo. Es cierto que la local, la del FC Cartagena, tuvo que restañar sus heridas en casa lamentándose de las ocasiones de gol erradas por sus jugadores, aunque también contenta por la imagen que ofreció el once de Javi López sobre el terreno de juego. No desencantó a casi nadie, sobre todo porque la imagen que viene dando en las últimas jornadas es diametralmente opuesta a la del arranque de Liga. A pesar de perder la condición de invicto que se había ganado en las cuatro últimas jornadas, el bloque cartagenero puso todo su empeño, voluntad y el juego que tenían sus futbolistas, pero la efectividad superó en esta ocasión al buen trato del balón.

Y es que el Real Murcia de Iñaki Alonso está embalado. Suma ocho encuentros consecutivos sin perder, los tres últimos los ha ganado.

Además, las jugadas de estrategia se han convertido en un recurso la mar de socorrido cuando no tienen otro argumento para llevarse un partido. Así ha ocurrido en jornadas como ante del Recreativo, el Huesca, o contra el Villarreal B.

Ayer las acciones a balón parado fueron su tabla de salvación y a la vez la oportunidad de llevarse los tres puntos del Cartagonova.

El conjunto grana resultó un equipo enormemente efectivo, que hasta el tanto de Jorge García deambulaba como sonámbulo en la noche por el campo. El primer tiempo fue un oponente a merced del FC Cartagena, que cometió el gran error de no liquidar la contienda en estos primeros cuarenta y cinco minutos.

Los granas estuvieron muy desdibujados durante casi una hora de partido. No eran capaces de dar tres pases seguidos y el centro del campo era superado una y otra vez por un Cartagena pegajoso, intenso y muy aplicado.

El bloque albinegro disfrutaba, porque sus jugadores han ganado en autoestima. Lafuente hacía de las suyas por el carril izquierdo y ponía en aprietos a Pedro en varias ocasiones. Pero Álvaro Antón tuvo a los 30 segundos de iniciarse el partido la oportunidad de marcar cuando se quedaba solo ante el portero. Creyó que estaba en fuera de juego y desistió de finalizar la acción con un disparo flojo al portero. Un grave error que solventó en el minuto 31, al recoger un rechace de Alberto a disparo de Dimas para recortar al defensa y, escorado, anotar el 1-0. Los albinegros estaban haciendo bien sus deberes y se parecían a aquel equipo que ganó el jueves al Deportivo: serio atrás, disciplinado y solidario en la presión, pero además con empuje y llegada arriba. Hasta Abraham Paz lo intentó con una larga vaselina que salió fuera por poco.

Collantes, de nuevo de los mejores de su equipo, tuvo la oportunidad de sentenciar el partido en el minuto 47, al ganarle la posición a Amaya y encarar al meta visitante. En el uno contra uno el portero grana le ganó la partida.

Ese fue el ´punto de inflexión´ que tanto esgrimen los jugadores. Ocasión fallada y oportunidad para el contrario. El Real Murcia igualó el choque en el minuto 56, cuando Jorge Sánchez remataba a la red de cabeza, un buen centro de Sutil. Era el primer lanzamiento del conjunto de Alonso entre los tres palos y la efectividad era plena.

Tras el tanto del empate crecieron. Al equipo local le entraron las dudas, le pudo la posibilidad de que se le escapase un encuentro que había tenido para finiquitar–.

Los murcianistas apretaron, mientras que los albinegros se echaban más atrás y así, los granas consiguieron su propósito con un segundo tanto en una jugada calcada a la del empate. Cristian García se adelantó a Reina –mal en la salida– e hizo el 1-2.

A falta de 20 minutos al FC Cartagena se le apagó la luz. Dimas fue expulsado cuando Isaac se marchaba a la portería, mientras la afición grana lo festejaba y se desquitaba del 1-4 en Nueva Condomina de hace dos campañas.