Miguel Ángel López, de 23 años, hará realidad mañana domingo uno de sus mayores sueños, participar en un mundial defendiendo los colores de España, pero no ha sido fácil y el camino, que acaba de empezar, ha sido largo. Con apenas 7 años empezó en esto del atletismo en su ciudad natal (Llano de Brujas), pero fue a los 11 años cuando la marcha atlética le llamó la atención.

¿Qué fue para usted lo más llamativo de esta disciplina?

Hacer marcha fue algo espontáneo e innato. Surgió de mí mismo y fue enganchándome poco a poco. Lo más llamativo fue descubrir la dureza de esta disciplina atlética.

Dice que cada carrera es un mundo, ¿cómo debería ser ese mundo el domingo?

Como en la película de Aladdín, ojalá sea un mundo ideal (sonríe). Fuera de bromas, me gustaría que esta carrera fuera selectiva hacia la mitad de la prueba, y a partir de ahí luchar por los mejores puestos.

Estando en la línea de salida todos tienen las mismas oportunidades, pero ¿a quién vigilar?

A los 4 componentes del equipo ruso, en especial a Valery Borchin; al equipo chino, a mexicanos, australianos, al italiano Giorgio Rubino... El nivel es muy alto en general, esperemos estar ahí dando guerra.

Sin duda este año es importante, pero supongo que las vistas estarán puestas en los Juegos de Londres del próximo año. ¿Cómo se plantea un reto así?

Con ilusión y trabajo. Para Pekín era muy joven, pero para 2012, creo que puedo tener el nivel suficiente para intentar lograr un plaza. El año que viene habrá que entrenar duro para conseguir ese sueño.

Siempre dijo que Juanma Molina es el espejo donde se mira. ¿Ser el único murciano en el Mundial (Molina y Benjamín Sánchez son baja) le crea una responsabilidad mayor?

Con ellos dos aquí, esto hubiese sido mucho más especial. Estoy motivado, porque es un mundial y ya es difícil estar aquí, aunque me gustaría hacerlo bien por el atletismo español y por representar al atletismo murciano en Daegu.