­Hay en Salamanca un equipo de baloncesto femenino que esta temporada ha logrado un histórico triplete: Liga, Euroliga y Supercopa de España. Sólo se el resistió la Copa de la Reina, que la ganó su máximo rival, el Ros Casares valenciano, el ogro que ha dejado de serlo. Es el Perfumerías Avenida, un conjunto que ha reunido a una gran pléyade de estrellas, como la brasileña Erika de Souza, considerada una de las mejores pívots del mundo, las españolas Alba Torrens y Silvia Domínguez, y la estadounidense nacionalizada española Sancho Lyttle. Y entre tanta jugadora consagrada, una jovencita de Murcia, criada en el CB Capuchinos, que emigró cuando era una niña porque había caído en las redes de ese magnífico proyecto de la Federación Española que se llama Siglo XXI y que tan buenos resultados ha dado.

Ella es Laura Gil Collado (Murcia, 20 de abril de 1992), una espigada ala pívot que en su primer año en la máxima categoría del baloncesto español, además de marcar un hito por convertirse en la primera marciana que lo logra, ha tocado el cielo.

Acostumbrada a ganar y ganar medallas con las selecciones españolas de categorías inferiores –tiene en su palmarés seis podios, entre ellos dos oros europeos y un subcampeonato del mundo–, Gil parece tocada por una varita mágica. Tres grandes éxitos de cuatro posibles en su ingreso en la elite. Como era de esperar, no ha sido fácil. Acostumbrada a jugarlo todo, ha tenido que asumir un nuevo rol, la de jugadora de banquillo que debe estar siempre dispuesta a dar lo máximo en el menor tiempo en pista. De hecho, pese a los éxitos, Gil, que es inconformista por naturaleza, ha decidido cambiar de aires en busca de más minutos. Ofertas no le faltan, al contrario, y la próxima temporada espera convertirse en una jugadora importante, aunque sea en un conjunto de segunda fila.

Bajo la batuta de un entrenador, Lucas Mondelo, ha tenido cambiar de mentalidad. Su club hizo una apuesta firme por ella el pasado verano, pero ahora ella quiere más.

«Es como un sueño. Mi primer año aquí ha sido espectacular», dice la internacional murciana, que tiene 19 años recién cumplidos y a quien presentan en la página web de su club como «el futuro center (pívot) de la selección, como ha demostrado en las categorías inferiores en las que ha participado. Elegida en el 5 ideal del último Europeo Fiba Sub-18». Ramón Jordana, coordinador del Centro Siglo XXI donde Gil creció, es aún más contundente en la web de la Española: «Es la mejor jugadora que he entrenado desde el punto de vista de la ética de trabajo. En cuatro años ha experimentado una evolución espectacular y cuando se convenza de sus posibilidades y aumente su autoestima, explotará también desde el punto de vista de la anotación», decía de ella hace un año.

Pero el camino no ha sido fácil: «Al principio fue muy duro tanto por el nivel de la categoría como por el de las compañeras. Nuestro equipo es muy bueno y es muy complicado jugar», dice la murciana, que ha vivido un mes de abril mágico, con la conquista de la Euroliga en Rusia y de la Liga el pasado jueves después de derrotar en dos partidos al Casares.

Laura Gil tendrá ahora unas semanas de descanso, que le servirán para seguir descansar y seguir estudiando inglés –su intención era iniciar este año Medicina, pero tuvo que desistir–. Pero a la vuelta de la esquina está el Campeonato de Eurpopa sub-20, para el que está convocada para jugar en Serbia, y el Campeonato del Mundo sub-19 de Chile, su gran reto. Será del 21 al 31 de julio cuando esta chicha de 1,90 metros tratará de colgarse del cuello otra medallas más con ‘La Roja’.