El Club Baloncesto Murcia tenía una difícil papeleta que resolver. Después de dos derrotas en el arranque liguero, se enfrentaba a su primera situación límite. Fallar frente al Suzuki Manresa habría supuesto la primera crisis de la temporada cuando sólo se habían consumido ocho días de competición. Los murcianistas resolvieron bien el 'match ball' ante el rival más incómodo de la ACB. Y lo hicieron gracias al talento de Milos Vujanic y al jugador más criticado del pasado ejercicio, Chris Moss, quien enseñó a sus compañeros el camino a seguir: lucha hasta el final para superar al rival más guerrero.

El triunfo, el primero de la temporada, supone una bocanada de aire fresco para un equipo que empezaba a andar sobre el alambre. Es cierto que arrancar la temporada frente al Caja Laboral y el actual Fuenlabrada no es un inicio asequible, pero lo peor en los dos encuentros precedentes fueron las 'pájaras' que guiaron a la derrota. En esta ocasión no se repitió la historia porque Vujanic estuvo excelso en la anotación y Moss se convirtió en un gladiador bajo los tableros. El público supo agradecer el esfuerzo de un pívot que parece otro desde que Moncho Fernández es su jefe.

El equipo murciano realizó un primer cuarto desconcertante. Alternó minutos brillantes que le llevaron a alcanzar diez puntos de renta (15-5), con otros plagados de errores en los que dio vida a su rival (20-13). Lo peor fue que Paulo Prestes, merced a una incomprensible decisión de su entrenador de ponerlo en pista cuando tenía dos faltas personales, cometió la tercera a una décima de segundo del final de los primeros diez minutos.

La tendencia a la baja se confirmó en el inicio del segundo cuarto, cuando un triple de Nivins encendió las alarmas (22-21, min. 12). La buena defensa de las líneas de pase del conjunto manresano, que es un arte que ejecuta a la perfección, ahogó a los pívots murcianistas y dejó como única solución el tiro exterior, del que abusaron los jugadores de Moncho Fernández. Pero la reacción llegó gracias a los triples de Vujanic y al trabajo en el rebote de un coloso Chris Moss, dos hechos que elevaron de nuevo la diferencia hasta los diez puntos en el descanso (37-27).

El equilibrio entre juego interior y exterior lo alcanzó el CB Murcia en el tercer cuarto. Además, su defensa incrementó la intensidad, y ni la zona que planteó el Manresa logró frenar ya a un conjunto murciano que se disparó en el marcador gracias a Prestes. Moss continuó con su recital y con Marco al mando de las operaciones, llegó la máxima renta (59-36).

El rival que se enfrenta al Manresa nunca puede dar por ganado un partido, ni aunque alcance una renta tan importante como de 23 puntos. Así quedó patente en el último cuarto. Cuando la victoria parecía que no se escaparía, llegó un parcial de 0-9 que puso de nuevo en alerta a todo el Palacio. La mente de los locales se nubló (65-53, min. 36) por culpa de la defensa aguerrida de los catalanes, que se llegaron a situar a sólo seis puntos (69-63) a un minuto para el final. Pero con dos bases en pista, el control estaba asegurado y Moncasi cerraba el choque con cuatro puntos que dejaron la diferencia en la decena. Y es que hay que ir pensando en los averages particulares, que nunca se sabe qué ocurrirá a final de temporada.